Durante los 120 minutos que dura Mad Max: Fury Road, destaca un personaje que en pocos segundos se convirtió en uno de los favoritos de los espectadores tras ver la cinta protagonizada por Charlize Theron y Tom Hardy.
Se trata de Doof Warrior, un guitarrista a bordo del Doof Wagon, uno de los espectaculares vehículos que forman parte de la película. Está colgado y vestido de un overol rojo, lanzando sus mejores solos de guitarra mientras avanza el batallón de autos, entre explosiones, autos voladores y disparos.
Doof Warrior, al ritmo de tambores que van detrás del camión lleno de parlantes y hasta un foco para iluminar en la noche, es ciego y perdió a su madre cuando era un niño. Con estridentes riff metaleros, el músico aviva a sus compañeros junto con uno de los elementos más particulares de la cinta: su guitarra de doble mástil lanza llamas de forma descontrolada.
Pero, ¿quién es el hombre detrás del personaje? Se llama Sean Hape y es un actor y músico australiano que llegó a la película a través de una agencia, siendo su segunda aparición en el cine tras un papel menor en El Gran Gatsby.
En Australia es conocido como iOTA, un artista que ha editado cinco álbumes de estudio, entre música experimental, blues y rock.
En una entrevista con Noisey, Hape aseguró: «El papel simplemente apareció, y me preguntaron que si quería hacer el intento. Obvio dije que sí de inmediato. Me dieron un brief de que el personaje era una mezcla entre Keith Richards y un espantapájaros».
Y agregó: «Creo que en esa situación no necesitas tanta dirección. Es una de las situaciones más locas en las que te puedes encontrar en tu vida. Hay coches circulando a toda velocidad por todos lados, todo es humo y polvo, y es ensordecedor. Lo único que yo hacía era gritar como loco y comportarme como un animal».
En cuanto a la música que debió tocar, el actor afirmó que «la mayoría de las veces, sólo trataba de hacer ruido. Tocaba un poco de AC/DC, algo de Soundgarden, (Led) Zeppelin, pero después de ocho horas, lo único que empiezas a hacer es ruido».
Por su parte, Colin Gibson, el mismo que estuvo a cargo del diseño de los autos, afirmó a MTV que las llamas verdaderas que lanza la guitarra no estaban planeadas en la pre-producción. «Era un poco como un concierto de KISS: tenía que haber llamas. Era necesario ser divertido», afirmó.