La estadounidense Misty Copeland hizo historia al convertirse en la primera afroamericana en ser ascendida a bailarina principal del American Ballet Theatre (ABT) en los 75 años de existencia de la compañía.
Desde hace 14 años, Copeland ha sido parte de una de las compañías de ballet más importantes del mundo y llevaba ocho como solista. Este nuevo ascenso -al rango más alto que puede tener un bailarín dentro del ABT- ocurre en el mejor momento de su carrera.
En 2014 ganó el Dance Magazine Award y publicó su biografía oficial, Life in Motion: An Unlikely Ballerina (2014), que se convirtió en un éxito de ventas.
El libro cuenta su difícil historia y todas las adversidades que tuvo que superar para abrirse camino en este exigente medio. En el texto, la propia artista aseguró: «Mi temor es que pasen otras dos décadas antes de que otra mujer negra esté en la posición en la que yo estoy en una compañía élite de ballet; que si no asciendo a bailarina principal la gente vaya a pensar que les fallé».
A sus 32 años, Copeland se ha transformado en una celebridad que trasciende el mundo de la danza. Salió de gira con Prince, apareció junto a él en el videoclip de «Crimson and Clover» y hoy suma más de medio millón de seguidores en Instagram.
En abril de 2015 fue nombrada por Time como una de las 100 personas más influyentes del planeta y elegida para aparecer en la portada de la revista, convirtiéndose en la primera bailarina en ocupar ese espacio desde 1994.
Para aquella edición de Time, la medallista olímpica rumana Nadia Comaneci escribió: «Misty prueba que el éxito no se trata de cómo creces o del color de tu piel. Su historia de superación de desafíos personales y físicos para convertirse en solista del American Ballet Theatre es la historia de alguien que siguió sus sueños y se rehusó a renunciar. En ese sentido, ella es un modelo para todas las niñas».
Copeland empezó a bailar cuando tenía 13 años e ingresó al ABT en 2000. Dentro de su carrera ha participado en La Bella Durmiente, La Cenicienta y Tarantella, entre otras obras, hasta que fue nombrada solista en 2007, siendo una de las más jóvenes en ser promovida. Desde entonces ha ganado elogios y reconocimientos por sus interpretaciones en Don Quijote, El Cisne Negro y Coppélia, entre otras.