Después de un exitoso desempeño en las tiendas desde los ’80 y un posterior presente como objeto de culto entre fotógrafos, la cámara Holga sólo existirá en el recuerdo.
Esto porque se ha anunciado el fin de su fabricación en China. Su distribuidor en Estados Unidos, Freestyle Photographic, declaró que desde el país asiático le informaron que «todas las herramientas de Holga ya han sido desechadas y no hay nada disponible para la venta».
«Con un corazón triste nos despedimos de una cámara tan popular entre muchos. Una cámara Holga representa la creatividad y la imprevisibilidad, y un medio refrescante en la era digital de hoy», expresó Gerald H. Karmele de Freestyle.
La Holga es una cámara de medio formato de película de 120 mm, hecho en Hong Kong, conocida por su estética de baja fidelidad. Su construcción de bajo costo y lente sencillo a menudo produce imágenes que muestran viñetas, desenfoque, fugas de luz, y otras distorsiones.
Estas «limitaciones», al contrario de lo que se puede pensar, le han dado un culto entre algunos fotógrafos. De hecho, algunos han ganado premios, como David Burnett, quien en 2001 obtuvo el Premio de la Asociación de Fotógrafos de la Casa Blanca (WHNPA) por una fotografía del entonces vicepresidente de Estados Unidos, Al Gore.
La cámara fue diseñada por TM Lee en 1981. Ocupaba un rollo de 120 mm, la película con mayor disponibilidad en China en ese entonces. En un principio, la Holga tenía por objeto proporcionar una cámara para el mercado masivo de bajo costo enfocado en la clase trabajadora china con el fin de registrar retratos de familia y eventos.
La Holga tiene una velocidad de obturación de aproximadamente 1/100. La cámara puede disparar 16 exposiciones por rollo de 120 mm en formato 6 x 4,5 cms, ó 12 exposiciones en formato 6 x 6. Esta disposición cuadrada sin duda fue la inspiración natural de Instagram (hasta que la red social aceptó imágenes rectangulares).
En sus últimos años, la Holga tuvo un renovado interés por parte de los consumidores fuera de las fronteras China debido a la creciente popularidad de las cámaras de juguete, y también en parte por la contracultura a la complejidad de los dispositivos modernos. Sin embargo, fue ese avance digital el que llevó a decir adiós para siempre a la icónica cámara.