En las próximas semanas, la NASA enviará una casa inflable gigante al espacio para poner a prueba un nuevo tipo de hábitat que algún día podría darle a los astronautas una sala de estar más amplia.
BEAM (Bigelow Expandable Activity Module en inglés) es el nombre de la cápsula de 3,2 metros por 3,9 metros, diseñada para soportar la radiación solar y cósmica, los desechos espaciales, la radiación ultravioleta y todos los factores que entran en juego en el espacio.
BEAM se adjuntará a la Estación Espacial Internacional por dos años, según informó la NASA. Durante ese tiempo, los astronautas unirán sensores para medir su eficacia en el entorno espacial.
Esta cápsula inflable es otro experimento que tiene como fin establecer todas las condiciones viables para los esperados viajes de astronautas a través del espacio. El BEAM se suma a lo realizado por Scott Kelly, el estadounidense que volvió en marzo a la Tierra tras estar un año en la EEI para entender mejor cómo el cuerpo humano reacciona y se adapta a los vuelos espaciales de larga duración.