La extinción de las abejas y otros polinizadores naturales es uno de los mayores peligros de la actualidad. Pero una investigación ha demostrado que mini-drones podrían ser una forma de solucionar este problema.
Estos polinizadores artificiales son controlados a distancia y equipados con un gel pegajoso que cumple la función que por millones de años han realizado las abejas y cuya desaparición podría provocar incalculables pérdidas y un daño irreversible al cultivo de alimentos.
Cuando las plantas en flor se reproducen, sus órganos masculinos (estambres) producen polen que fertiliza sus órganos femeninos (estigmas), pero para la polinización cruzada entre las plantas, necesita algo pegajoso para transportar los granos de una planta a otra.
Ahí es donde las abejas y otros insectos cumplen a una función fundamental: recolectan pequeños granos de polen que se quedan pegados en sus cuerpos y los transportan de un lado a otro durante su alimentación.
Según relata Science Alert, la idea de estos mini-drones nació luego de que el químico Eijiro Miyako desarrollará hace una década un gel que fuera tan pegajoso como la cera del pelo. Abandonó la idea por considerarla un fracaso y dejó este producto en una botella destapada en un armario.
Años después, Miyako encontró la sustancia y se sorprendió al descubrir que no se había alterado ni evaporado.
Tras ello, investigadores del Instituto Nacional de Ciencias Industriales Avanzadas y Tecnología de Japón descubrieron que este gel, al caer la suelo, recogía polvo fácilmente, lo que los llevó a pensar en una solución para polinización.
El equipo creo un dispositivo en base a un mini-drone de 100 dólares y le adhirió un cepillo con gel: el dispositivo volador, operado por un humano, pudo polinizar con éxito los lirios japoneses (Lilium japonicum) transportando los diminutos granos de una planta a otra.
Ahora, el plan es desarrollar estos drones más eficientes y con inteligencia artificial y sistema GPS para poder volar de manera autónoma.
A diferencia de ese capítulo final de la tercera temporada de Black Mirror, la tecnología podría ser parte esencial de nuestras vidas en un tiempo próximo.