Más de un millón de plantas y unos 40 mil árboles son parte de las cifras que comprenden la «ciudad bosque» que se construye en un sector de Liuzhou, al sur de China, que ayudaría a reducir toneladas de dióxido de carbono y así evitar la contaminación del aire que en el país asiático se ha transformado en un gran dolor de cabeza.
Este proyecto inició su construcción el 26 de junio gracias al trabajo de Stefano Boeri Architetti, la misma firma de arquitectura que también ideó dos edificios cubiertos de plantas en la ciudad Nanjing, al este de China.
La «ciudad bosque», que se espera este lista en 2020, se extenderá a lo largo del río Liujiang, con oficinas, departamentos, hoteles y escuelas. Acogerá a unas 30 mil personas y estará conectado a la principal ciudad de Liuzhou (con 3.8 millones de habitantes) a través de un ferrocarril eléctrico.
Las torres verdes ayudarán a absorber la contaminación del aire urbano, producir oxígeno limpio y aumentar la biodiversidad local. La vegetación también proporciona sombra en días soleados y actúa como una manta aislante durante el invierno, lo que permitirá a los residentes utilizar menos calefacción y electricidad.
En resumen, los edificios, parques y jardines absorberán casi 10 mil toneladas de dióxido de carbono y 57 toneladas de polvo fino por año. Por otro lado, producirán unas 900 toneladas de oxígeno.
El problema de la contaminación atmosférica en China es preocupante. El smog está relacionado con un tercio de las muertes en ese país, matando a unos 1,1 millones de personas al año, y se estima que reducirá la esperanza de vida en 5,5 años.
La firma Stefano Boeri Architetti no sólo ha puesto su foco en las ciudades chinas. En 2014 presentó dos torres cubiertas de vegetación en Milán, Italia, y a principios de 2018 estrenará un plan similar en Lausana, Suiza.