La forma de hacer cine de Dominga Sotomayor no va más allá de proyectar lo que ha visto y vivido, aún así, gracias a esto, logra profundizar en materias intensas e interesantes. En esta oportunidad presenta Tarde para Morir Joven, su tercer largometraje, que poco a poco consolida el espacio que ha ganado en el circuito internacional del cine independiente.
La realizadora nació en Santiago el año 1985. Es hija de la actriz Francisca Castillo y familiar directo del destacado escritor y pintor chileno Alfonso Couve, de quien reconoce una influencia «íntima y artística». A comienzos de los ’90 se trasladó con su familia a la Comunidad Ecológica de Peñalolén, lugar que la marcó y es la base de su nueva cinta.
Dominga Sotomayor está logrando un importante hito dentro de la escena local, ya que se convirtió en el tercer exponente chileno en estrenar una película, y a la vez competir, en el Locarno Film Festival de Suiza, uno de los certámenes más respetados de Europa. Antes de ella estuvieron dos nombres notables de la historia del cine nacional: Raúl Ruíz (Tres Tristes Tigres) y Sebastian Lelio (El Año del Tigre).
Sin duda un paso especial e importante en la prominente carrera de la realizadora chilena, que la hará compartir con otros destacados cineastas internacionales, como el surcoreano Hong Sangsoo, a quien ella misma destaca como uno de los directores contemporáneos que más admira.
El trabajo de Dominga Sotomayor
Tras sus cortometrajes Debajo, Noviembre y La Montaña, realizados entre 2007 y 2008, su largometraje debut fue De Jueves a Domingo (2012), la historia de una crisis familiar en medio de un fin de semana largo. Un film que también tuvo repercusión internacional, ya que se estrenó en el prestigioso Festival Internacional de Cine de Róterdam, donde ganó el Premio Tigre.
Mar (2014), una producción chileno/argentina, fue su segunda cinta, para luego llegar a Tarde para Morir Joven (2018), donde continúa con historias sencillas que intentan mostrar los momentos más sinceros de las relaciones humanas. Además, tiene la particularidad de que el reparto cuenta con jóvenes y niños que nunca habían salido en una película, algo que acomoda a la realizadora.
«Quería explorar las complejas relaciones entre generaciones y clases: capturar la agudeza de los niños, la torpeza de los adultos, esa extraña melancolía que tenemos al crecer. Con esta película, estoy explorando una forma libre y abierta, cerca de la naturaleza misma de esta comunidad cerca a las montañas, lejos de los límites y las definiciones», afirmó Sotomayor a Variety.
Protagonizada por Demian Hernández (Sofía), Antar Machado (Lucas) y Magdalena Tótoro (Clara), Tarde para morir Joven cuenta la historia de tres jóvenes que viven en una apartada comunidad chilena en 1990, justo después del fin de la dictadura militar. Aún así, este tema es solo un contexto lejano, ya que el foco está en las primeras emociones, temores y el amor no correspondido.
Gran momento para Dominga Sotomayor, que poco a poco comienza destacar en el circuito independiente por su talento y capacidad de narrar, desde lo sencillo, un amplio mundo lleno de variantes y sensaciones que muchas veces dejamos pasar. Una esencia que el cine comercial parece haber perdido hace años, pero no por eso está desaparecido.