Prince falleció este jueves 22 a los 57 años de edad, dejando un legado musical imborrable, reconocido durante las últimas tres décadas por su extravagante estilo y un inquieto camino por diversos estilos.
Sin embargo, el oriundo de Minneapolis decidió llevar una lucha contra las nuevas formas de consumir la música, particularmente con los servicios vía streaming, plataformas como YouTube y redes sociales como Facebook.
En tiempos donde la venta de discos físicos era un elemento importante, Prince tuvo un exitoso desempeño en lo comercial, siendo uno de los artistas con mayor ventas de la historia, superando las 100 millones de copias a nivel mundial gracias a trabajos como Purple Rain (1984) y Diamonds and Pearls (1991), junto con éxitos como «Kiss», «Cream» y «Purple Rain».
Pero la industria cambió en el nuevo siglo y Prince no quiso ser parte de ella. Con Spotify siendo la estrella de la reproducción de música, el estadounidense prefirió alejarse de este método.
En julio de 2015 decidió remover su música de servicios como Spotify y Apple Music. «Personalmente, no soporto la música digital. Estás recibiendo sonido en bits. Afecta a un lugar diferente en el cerebro. Cuando escuchas no puedes sentir nada. Somos personas analógicas, no digitales», dijo alguna vez.
Por ahora, las plataformas sólo ofrecen un mensaje cuando se busca música de Prince: «El relacionador público de Prince solicitó a todos los servicios de streaming eliminar su catálogo. Hemos cooperado con la solicitud y la esperanza es ser capaces de retirar su música lo más pronto posible».
No fue la única pelea que tuvo Prince. Antes, en 2007, anunció que demandaría a YouTube y eBay porque «son capaces de filtrar material pornográfico y de pedofilia, pero han decidido no hacer lo mismo con aquellos relacionados con la música y el cine porque son la base de su negocio».
Pasaron los años y la plataforma se iba quedando sin videos de Prince, ya sean oficiales o grabaciones de sus conciertos. Todo fue removido por petición del artista en una lucha que argumentó en 2015, tras una serie de consultas de sus fanáticos por no tener videos de sus shows en YouTube.
«Desde que YouTube no paga equitativamente las tarifas de licencias, ¿no creen que se trata de una pregunta sin sentido? ¿Su malestar no debería estar dirigido a YouTube?», expresó.
La respuesta de Prince la hizo en Twitter, red social que también decidió eliminar, además de su perfil oficial en Facebook. A ambas se unió a principios de 2014, pero antes de terminar ese año ya había removido, sin explicación, sus cuentas en las dos redes sociales más populares del planeta.
Pero la batalla contra la industria no fue algo de los últimos años. A principios de los ’90, el músico escribió «esclavo» en su mejilla durante algunos shows y se cambió el nombre al impronunciable «símbolo de amor» para protestar por sus condiciones contractuales con su sello Warner Bros.