Más de 150 mil manifestantes argentinos se reunieron este miércoles 3 en la Plaza Congreso de Buenos Aires para rechazar el femicidio y cualquier forma de violencia de género, en uno de los actos con mayor convocatoria del último tiempo.
Se trató de una marcha que nació tras la muerte de Chíara Páez, una adolescente embarazada de 14 años que fue asesinada supuestamente por su novio de 16 años y enterrada viva en el patio de una casa. Un hecho ocurrido en mayo pasado y que repercutió en varios sectores de la sociedad de ese país.
Por ello, comunicadoras argentinas decidieron realizar una manifestación de alta convocatoria este miércoles, en donde se sumaron miles de personas en varias plazas de Argentina bajo el lema «Ni una menos».
La idea es pedir que se termine la violencia de género o sexual, un hecho que, según la Organización Panamericana de la Salud, ha sufrido por lo menos una vez un alto porcentaje mujeres en Latinoamérica.
Pero también solicitan que existe el término de femicidio, una categoría que se diferencie de otros crímenes y que ello lleve a una aplicación de políticas públicas en torno al tema.
Parte del discurso en el evento central de Buenos Aires expresó que el femicidio es «una violencia social y cultural que los discursos públicos y de los medios vuelven legítima cada vez que alguien le dice puta a una mujer porque ejerce su sexualidad libremente, cada vez que alguien la juzga por las medidas de su cuerpo, cada vez que alguien la mira con sospecha porque no quiere tener hijos, cada vez que alguien pretende reducirla simplemente al lugar de la buena esposa o la buena madre, destinada a un varón».
La masiva convocatoria provocó un punto de inflexión en el tema de violencia de género en Argentina, y ahora pretende llegar hasta las autoridades, pues las activistas anunciaron que no descansarán hasta ver un cambio en la actitud de la sociedad.
Como dijo Marcela Ojeda, una de las periodistas que lideró la marcha del miércoles: «Lo que hemos logrado fue instalar el tema periodístico, en la agenda preelectoral, y comprometer a la dirigencia política. Cada uno de los partidos, de los poderes, de los dirigentes, deberá tomar nota de lo que sucedió ayer… Necesitamos un cambio cultural».