Por años, el dióxido de carbono ha sido un tema debido a que sus altos niveles en la atmósfera, siendo acusado de ser uno de los grandes responsables del cambio climático.
Es una mala fama de este gas, que ha sido de gran ayuda en otros ámbitos, como su uso como agente extintor del fuego y utilizado como abono en la agricultura.
Sin embargo, investigaciones recientes pretenden darle una utilidad al CO2 presente en la atmósfera: ser ocupado como materia prima para construir cosas como aviones, autos de carreras, artículos deportivos e incluso turbinas de viento.
Stuart Licht de la Universidad George Washington presentó el plan este miércoles en el encuentro de American Chemical Society: un método para usar un proceso electroquímico que cosecha el dióxido de carbono de la atmósfera ambiente y lo convierte en nanofibras de carbono para crear compuestos utilizados en productos de alto rendimiento de peso ligero, como las baterías de litio.
«Creemos que este proceso traerá sustancialmente el descenso en el precio de nanofibras de carbono, elevando la necesidad y la demanda por ellas», dice Licht.
Según BBC, el sistema, impulsado por energía solar, produce unos pocos voltios de energía que atraviesan una cubeta llena de sales derretidas que le permite absorber CO2 del aire. Esto hace que se vayan formando nanofibras gradualmente en uno de los electrodos. Actualmente, se producen 10 gramos de nanofibras por hora.
Licht, en tanto, aseguró que el plan necesita la voluntad de todos los sectores para poder llevarlo a cabo. «Se necesitaría una gran cantidad de dinero… tenemos un gran problema aquí: necesitamos un enorme esfuerzo colectivo mundial para construir un sitio (para construir los colectores). Necesitamos científicos y políticos dedicados a llevar esto a cabo».