A los 68 años de edad, y posiblemente por causas naturales, falleció Tony Dyson, el británico considerado como el padre de R2-D2, el adorable droide de la saga Star Wars.
Dyson, ingeniero y profesor de robótica, fue el encargado de construir el prototipo, compañero fiel de C-3PO y que trabaja junto a Luke Skywalker en la trilogía original.
Aunque fue diseñado por Ralph McQuarrie y co-desarrollado por John Stears, fue Dyson quien se encargó de hacer realidad el droide para la película de George Lucas. En total, construyó ocho robots R2-D2, cuatro de los cuales se podían controlar por distancia y dos que podían ser manejados por el actor Kenny Baker.
«Honestamente, puedo decir que fue uno de los períodos más emocionantes de mi vida», escribió Dyson en su sitio web sobre su creación. Y agregó: «El amor por R2 es universal, ningún otro personaje de Star Wars ha sido amado por tantos años como R2-D2».
El legado del británico es tan grande, que en 1999 se fundó una compañía constructora de R2-D2, compuesta por profesionales y aficionados que crean réplicas idénticas del droide para ser ocupados en convenciones de la saga galáctica.
Pero Dyson no sólo participó en Star Wars. Su nombre también aparece ligado a cintas como Superman II (1981) y Moonraker (1979), título de James Bond.