Entre 2006 y 2016, la empresaria Sophia Amoruso vivió de todo: comenzó vendiendo ropa vintage en línea, fundó su propia compañía, entró en una lista de Forbes y lanzó una autobiografía. Pero este 2017 sumó un nuevo episodio: su vida fue llevada a Netflix en la serie Girlboss.
La producción de 13 capítulos, creada por Kay Cannon, se estrena este viernes 21 de abril en la plataforma, basada en la autobiografía de Amoruso, llamada precisamente #GIRLBOSS (2014).
La empresaria participa como productora ejecutiva junto a Cannon, Charlize Theron, Laverne McKinnon y Beth Kono en una serie que tiene a Britt Robertson en el papel de Amoruso, desde la venta de ropa vintage por eBay hasta su multimillonario imperio de la moda a los 27 años de edad.
Según un reportaje de Forbes de 2012, la sangre emprendedora de Amoruso atraviesa su familia griega-americana. Su abuelo tenía un motel y una tienda de piano. Su padre vendió préstamos hipotecarios y su madre vendía casas.
La publicación dice que Sophia empezó a comprar libros sobre startups a los nueve años y fue «Presidente» de una feria en su calle en Sacramento a mediados de los años noventa.
Mientras trabajaba en Subway a los 15 años, su padre le aconsejó: «Muéstrate. No dejes de moverte. Barre el suelo incluso cuando no te lo pidan». Pasó por innumerables trabajos hasta que a los 22 años descubrió la venta de ropa vintage en eBay.
Su plan fue así: adquirir prendas de vestir en tiendas de segunda mano y ofrecerlas en eBay. Aunque se subastaban los mismos abrigos y vestidos, Amoruso decidió hacerlo mejor que los otros: consiguió que sus amigos posaran la ropa, escogía las mejores, las publicaba en el sitio, empaquetaba la venta y hacía los envíos.
Poco a poco comenzó a surgir y a lograr ingresos, pero no se quedó ahí: seleccionó sus mejores fotos para eBay y las publicó en MySpace. Si las ofertas eran más bajas de lo que ella esperaba y los comentarios eran negativos, la estadounidense dejaba de vender el modelo y buscaba un artículo similar.
Un año y medio después de comenzar en eBay, Amoruso lograba 115 mil dólares en ventas. Pero quería más: cambió el sitio de subastas por su propia marca, Nasty Gal (en honor al disco de Betty Davis), y dejó MySpace por Facebook.
En 2012, Nasty Gal llegó a facturar 128 millones de dólares en ventas y sumar más de 100 empleados. En 2014 abrió su primera tienda física en Los Ángeles con venta de calzado, prendas de vestir y accesorios. Al año siguiente abrió una segunda tienda en Santa Monica.
Todo este crecimiento económico de Amoruso la llevó a ser parte en junio de 2016 de la lista con la mujeres más ricas que han creado su propia fortuna, con un patrimonio de 280 millones de dólares.
Pero también en 2016 vino una mala noticia: Nasty Gal se acogió a la ley y se declaró en quiebra. «Nuestra decisión de iniciar una reestructuración supervisada por los tribunales nos permitirá abordar nuestros problemas inmediatos de liquidez, reestructurar nuestro balance y corregir los problemas estructurales», expresó la compañía en un comunicado.
Pero estos problemas no afectaron la producción de Girlboss de Netflix, ni siquiera a Amoruso. «Estoy más que feliz. La serie es tan buena. Trato de eliminar el hecho de que se basa en mi vida y sólo verla como una comedia. La veo como cualquier otra, que es una cosa muy difícil de convencer. Tienes que renunciar a cierta cantidad de control cuando algo así ocurre en tu vida», dijo a News.com.au.
Además de Robertson, la serie cuenta con las actuaciones de Johnny Simmons, Ellie Reed, Alphonso McAuley, Dean Norris y Norm Macdonald, además de la participación de RuPaul.
Los 13 episodios de Girlboss se estrenan en Netflix el viernes 21 de abril.