Pese a su marcado pensamiento anti-capitalista, la pequeña Mafalda nació precisamente gracias al mercado. En 1963, una agencia de publicidad le encargó a Joaquín Lavado, más conocido como Quino, que creara una historieta para promover una línea de electrodomésticos.
Entonces Quino dibujó varias tiras cómicas protagonizadas por una familia tipo; un matrimonio con dos hijos, una niña y un niño. Finalmente la campaña publicitaria nunca se llevó a cabo, pero esas historietas quedaron y, un año más tarde, el 29 de septiembre de 1964, fueron publicadas en la revista Primera Plana.
Así nació Mafalda, una niña de seis años que odia la injusticia, la guerra, las armas nucleares, el racismo, las absurdas convenciones de los adultos y la sopa; y que ama a The Beatles y al Pájaro Loco. Acá dejamos cinco razones de por qué amamos a Mafalda.
1. Su búsqueda de la paz y la felicidad
Mafalda luchaba incansablemente por lograr la paz y la felicidad mundial, aunque se daba cuenta que era una tarea difícil. Siempre quiso ser parte de ese cambio, y su sueño era estudiar idiomas para trabajar en Naciones Unidas y así ayudar a lograr un mundo mejor y más humano. Para ella el fin era uno solo: conseguir la paz, la armonía y la igualdad en el mundo.
2. Su mirada feminista
Mafalda constantemente criticaba el rol que la sociedad le impone a la mujer. Cuestionaba a las dueñas de casa, a los hombres como ‘jefes del hogar’, y discutía a menudo con Susanita, cuyo único sueño era tener una familia. Hablaba sobre la importancia de la educación, la injusticia de las tareas domésticas, la autoestima y la igualdad entre hombres y mujeres.
Su punto de vista era claro y no dudaba en hacérselo saber a su madre, quien en muchas viñetas aparece lavando platos o planchando la ropa. Al contrario de ella, Mafalda soñaba con aprender y tener un trabajo. Su pensamiento era adelantado a la época y sus opiniones siguen estando vigentes hasta el día de hoy.
3. El valor de la amistad
Mafalda, constante crítica de la sociedad machista, es amiga de Susanita, quien sueña con un marido que la mantenga y con tener hijos y nietos. Libertad es la más revolucionaria del grupo, al contrario de Manolito, hijo del dueño del almacén y representante del capitalismo más extremo. Felipe es un ingenuo soñador y vive enamorándose, mientras que Miguelito es muy analítico. Finalmente Guille, el hermano menor de Mafalda, la sigue en rebeldía.
Todos los amigos de Mafalda tienen formas de ver la vida muy distintas, tanto que parece imposible que puedan llevarse bien. Pero eso es precisamente lo que hace que su amistad sea tan especial. Cada uno tiene una personalidad fuerte y son honestos al hablar de lo que piensan, aunque el otro opine lo contrario. Pese a todo, logran encontrar su punto medio y mantenerse unidos.
4. La lucha social
Mafalda siempre peleó por la justicia. Criticaba abiertamente a los políticos, al gobierno, al capitalismo, al sistema de clases, a la diferencia entre los ‘países del sur’ y los ‘países del norte’, estaba en contra de las jerarquías y creía en la igualdad de derechos. A pesar de que han pasado más de 50 años desde su primera publicación, su lucha social sigue hoy más vigente que nunca.
5. Su humor negro
Mafalda es, ante todo, una tira cómica. Critica al hombre, a la sociedad, al capitalismo y a la desigualdad, pero lo hace desde la ironía y logra transformarlo en humor. Las viñetas que creó Quino están llenas de originalidad y siempre dejan, además de un mensaje, una sonrisa.