Luces, colores, globos, alegría. Esos son los conceptos que resumen el show de Katy Perry en Chile, realizado la noche del martes 6 de octubre en la Pista Atlética del Estadio Nacional.
Prismatic World Tour, el nombre de la gira que trajo a la estadounidense a Latinoamérica, ofrece una garantía: ninguno de los asistentes puede decir, al terminarse el espectáculo, que se va aburrido. Es una fiesta que en el recinto ñuñoíno se vivió con intensidad durante una hora y 45 minutos.
Los años le han dado a Perry una soltura y empatía que se vieron reflejados en cada momento, desde las coloridas coreografías hasta los diálogos con el público, en su mayoría adolescente (y su respectivo esforzado/o padre/madre) que se animó a gritarle «mijita rica» cada vez que pudo.
Aunque en las primeras canciones se notó que su voz provenía de una base grabada (en la segunda parte todo fue en vivo), la artista fue de menos a más en un show divido en cinco segmentos, cada uno con una vestimenta y puesta en escena específica, con trajes fluorescentes, ambientación egipcia y (cómo no) un segmento dedicado a los gatos.
Pese al frío y la amenaza de lluvia latente, los más de 20 mil asistentes (incluida la chilena que subió al escenario vestida como «Katy Perry») disfrutaron de éxitos como «Roar», «Part of Me», «I Kissed a Girl», «Hot N Cold» y «California Gurls».
Al final de la noche, todos se fueron felices. Chicos y grandes.
Fotógrafo: Javier Valenzuela