El domingo 22, el Festival de Cine de Cannes cerró su versión 69 con la entrega del galardón más importante del certamen al británico Ken Loach por su más reciente película I, Daniel Blake.
La película presenta la historia de un carpintero de 59 años que tiene problemas de salud que le impiden trabajar. Por ello, debe iniciar un proceso para recibir ayuda social por parte del Estado, lo que se transforma en un duro recorrido burocrático.
Esta proyección cinematográfica sobre una realidad que a diario ocurre en todo el mundo fue parte de la Selección Oficial de este año, aunque la elección por parte del jurado presidido por George Miller no dejó conforme a todo el mundo, a diferencia del año pasado con el triunfo de Dheepan.
Jacob Stolworthy, de The Independent, afirmó que «el consenso es que la película simplemente no se acerca a la calidad de sus competidores», poniendo como ejemplo a la alemana Toni Erdmann de Maren Ade, la brasileña Aquarius de Kleber Mendonça Filho, la estadounidense Paterson de Jim Jarmusch y la francesa Personal Shopper como «películas altamente calificadas que no consiguieron nada».
Por su parte, Peter Bradshaw de The Guardian dijo que la cinta es «defectuosa» y «hay un par de escenas muy grandes, probablemente demasiado». En tanto, Justin Chang de Los Angeles Times fue más allá y dijo que «el jurado de Miller, deliberadamente o no, terminó favoreciendo un enojado y relevante mensaje en lugar de una gran obra del cine».
Al recibir la Palma de Oro (la segunda de su trayectoria tras The Wind That Shakes the Barley en 2006), Loach dijo estar sorprendido por el reconocimiento del jurado. «Además, no deja de ser irónico que yo me vea en esta situación de lujo y glamour cuando los protagonistas de mi película viven en la más absoluta pobreza», remató.