Steven Avery ha pasado los últimos 30 años en problemas con la justicia. Ha sido condenado en dos ocasiones en Estados Unidos, en ninguna se ha declarado culpable y durante las últimas semana ha logrado que miles de personas firmen campañas en la web para pedir su liberación.
¿Por qué? Todo ha comenzado desde que Netflix estrenara Making a Murderer, la segunda serie documental de la plataforma tras la salida de Chef’s Table, presentada en abril de 2015.
Lo nuevo de Netflix está a cargo de Laura Ricciardi y Moira Demos, dos realizadoras que conocieron en 2005, a través de un artículo de The New York Times, la historia de Avery, un sujeto estadounidense que en 2003 fue liberado de un delito de violación por pruebas de ADN luego de pasar 18 años tras las rejas, pero que en 2005 fue condenado a cadena perpetua junto a un sobrino por el homicidio de una fotógrafa, justo después de demandar al Condado de Manitowoc por 36 millones de dólares.
Fue en ese año que Ricciardi y Demos comenzaron el rodaje de este documental, involucrándose a fondo en la historia, tanto que ambas cineastas decidieron dejar Nueva York y se radicaron en Wisconsin, ciudad donde se desarrollaban todos los hechos.
Por una década, las realizadoras concretaron 500 horas de entrevistas y efectos visuales, junto con otras 180 horas de ensayo, de acuerdo a una nota de The New York Times. Entre estos testimonios está el del propio Avery, quien se encuentra en la prisión de Wisconsin y que conversó telefónicamente con las directoras.
Aunque se trata de un documental basado en las pruebas y material abierto al público, Making a Murderer no ha sido del gusto de todos. Primero, para Ken Kratz, fiscal que estuvo a cargo del caso del homicidio de la fotógrafa Teresa Halbach y condenó a Avery a cadena perpetua.
«Si escoges, eliges y editas imágenes en un lapso de 10 años, serás capaz de alimentar a una audiencia para que concluyan lo que tú quieres que concluyan. Esa teoría es aceptada por algunas personas, no sorprende en absoluto. La pieza está muy bien hecha, y me hubiera llegado a la misma conclusión si ese era el único material que fue presentado», expresó el ex fiscal a fines de diciembre pasado.
Asimismo, Kratz dijo a People que la serie documental no muestra todo lo que ocurrió durante la investigación. «No quieres ensuciar una perfectamente buena película de conspiraciones con lo que realmente sucedió, y ciertamente no vas a mostrar a la audiencia las pruebas que el jurado consideró para rechazar esa afirmación», declaró.
A pesar de las palabras del ex fiscal, Ricciardi y Demos han dicho que no quieren demostrar la culpabilidad o inocencia de Avery. «Lo que nos atrajo de esta historia fue el estado de Steven como acusado», expresaron a Vulture a principios de diciembre.
Ante este panorama y luego de semanas en Netflix, miles de personas han firmado dos peticiones dirigidas al Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, para pedir la liberación de Avery y su sobrino, Brendan Dassey.
En Chance.org, más de 200 mil personas han apoyado la liberación de Steven, mientras que en el sitio oficial de la Casa Blanca han ingresado más de 20 mil solicitudes para pedir el indulto de ambos. Si en esta última petición se superan los 100 mil antes del sábado 16 de enero, el Gobierno estadounidense debe responder públicamente.
Los 10 capítulos de Making a Murderer están disponibles en Netflix. A continuación, mira el tráiler de la serie documental: