Un sheriff revuelto por un pasado que no ha podido olvidar. Con cada paso que da, los recuerdos empiezan a fluir de nuevo. Ese el tema principal de Borrowed Time, un corto hecho por dos animadores de Pixar que ha llamado la atención por su dura y abrumadora trama.
Lou Hamou-Lhadj y Andrew Coats, dos miembros del gigante de la animación, trabajaron en paralelo a otros proyectos para crear este cortometraje de seis minutos y medio que ha sido elogiado en diversos festivales desde 2015, pero que recién el pasado 13 de octubre fue publicado en la web para que cualquier persona lo pudiera ver.
Como empleados de Pixar, ambos animadores trabajaron con el programa Co-op, una herramienta que la empresa estadounidense le otorga a sus trabajadores para que aprendan aún más haciendo sus propias películas. Con ella, Hamou-Lhadj y Coats desarrollaron su proyecto en sus tiempos libres junto a un grupo de voluntarios.
«Estábamos buscando en películas que nos inspiraron cuando éramos estudiantes, donde todo era 2D, dibujado a mano, muy orientado a la acción. Pero a medida que estábamos empezando a desarrollarla, nos dimos cuenta de que iba a llevarnos un tiempo muy largo», dijo Hamou-Lhadj a The Verge.
«También queríamos crecer como contadores de historias y asumir algo menos cómodo. Entonces se nos ocurrió algo con más drama», agregó.
Después de hablar con sus jefes y demostrar que su proyecto paralelo no sería una amenaza para Pixar, Hamou-Lhadj y Coats trataron de encontrar momentos para trabajar en Borrowed Time. «Nuestros horarios son flexibles, pero se trabaja duro. Hay períodos intensos cuando ciertos plazos en nuestras películas deben cumplirse y buscar la disponibilidad de las personas que tratábamos que nos ayudaran fue una verdadera hazaña», expresó Hamou-Lhadj.
Lou Hamou-Lhadj y Andrew Coats
«Los primeros dos años y medio fuimos sólo Lou y yo», agregó Coats, «como otra película de estudiante». Pero finalmente, ambos trabajaron con cerca de 80 personas en el cortometraje producido por Amanda Deering Jones y con música del argentino Gustavo Santaolalla.
El dolor es parte del cortometraje. Se aprecia en su trama, en el movimiento del personaje principal, algo lejano a las creaciones surgidas desde Pixar.
«La película evolucionó a medida que enfocamos la historia que estábamos tratando de decir. En un principio, se trataba de una historia mucho más grande, era más sobre el perdón y la traición», contó Coats.
«Lo que nos quedó fue este tipo parado en el borde de un acantilado. Tratamos de permanecer fiel todo lo que pudimos con lo que mostraba en el desarrollo de la historia, y lo que lo llevó a estar allí y conseguir lo que necesitaba. Él está allí para estar más cerca de su padre», afirmó Coats.
«Llegar al fondo del acantilado es una cosa positiva para él, porque quiere volver a conectarse con su padre. Encontrar la fuerza para seguir viviendo fue donde terminamos y se apreció por él mismo más que por nosotros», agregó.
Finalmente, ambos animadores hablaron sobre el futuro. «En el transcurso de cinco años de desarrollo, tuvimos siete u ocho versiones completas de la película que exploraban diferentes aspectos de quién era… tenemos una gran cantidad de material para ello. Creo que es sólo una cuestión de decidir si queremos pasar muchos años viviendo en este mundo, o si hay otras historias por ahí que estamos interesados en contar«, sentenció Hamou-Lhadj.
Mira a continuación Borrowed Time: