Después de cinco años de una disputa legal entre los encargados del patrimonio de J.R.R. Tolkien y el estudio Warner Bros., ambos llegaron a un acuerdo. Aún no se han hecho públicos los documentos del pacto, que en un comienzo exigía a la empresa el pago de 80 millones de dólares por la explotación digital de las franquicias El Señor de los Anillos y El Hobbit desde su primera película en 2001.
Origen de la demanda
Todo comenzó después de que el abogado del organismo que protege la obra de Tolkien recibiera un correo no deseado donde anunciaban un juego online sobre El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo, hecho que molestó a los herederos, ya que no estaban avisados de este tipo de prácticas, dando inicio al proceso legal en 2012.
Así comenzó una disputa que sacó a la luz un acuerdo hecho entre ambas partes en 1969, donde se autorizaba a Warner Bros. a realizar merchandising tangible de las obras de Tolkien, lo que no incluía la distribución de productos digitales como juegos en línea o videojuegos. Está claro que en esos años no se esperaba que este tipo de productos fuera posible, pero aún así los herederos del escritor encontraron el hecho ofensivo.
Finalmente, Warner y los albaceas de J.R.R. Tolkien llegaron a un acuerdo que fue anunciado en un comunicado de la empresa que asegura que «las partes han resuelto amigablemente este asunto y esperamos trabajar juntos en el futuro”, sin dar detalles de los arreglos económicos a los que llegaron.