Jojakim Cortis y Adrian Sonderegger son dos fotógrafos que trabajan en publicidad y que un día, aburridos y sin trabajo, decidieron recrear con maquetas a escala las imágenes más costosas de todos los tiempos y que a la vez han retratado momentos importantes dentro de la historia.
La tragedia del dirigible Hindenburg, la última vez que se vio al Titanic a flote, la bomba atómica de Hiroshima y la primera pisada del hombre en la Luna son algunos de los hechos históricos que forman parte del atractivo pasatiempo de los dos artistas suizos, quienes logran las recreaciones con papel, algodón, plástico y mucho tiempo, bajo el proyecto Ikonen.
También se animaron a recrear la fotografía «Rhein II» del alemán Andreas Gursky, tomada en la orilla del río Rin en 1999, y que en 2011 se convirtió en la más costosa de la historia luego de que una copia impresa fue subastada en 4,3 millones de dólares
Pueden pasar un par de días, como también un par de semanas. Todo depende del ánimo de los fotógrafos o, como explicaron a Wired, de la energía de los hijos pequeños de cada uno. «Tal vez de ahí es desde donde viene este interés en la construcción de pequeñas cosas», afirmó Cortis.