El 21 de abril de 1934 se publicó por primera vez la icónica fotografía que supuestamente muestra a un animal sumergido en el lago Ness, en Escocia, que de inmediato fue bautizado como el «monstruo del lago Ness».
La captura fue hecha por el cirujano Robert Wilson, en donde aparece una figura asomada, a la que sólo se le aprecia el cuello y cabeza. La leyenda de que un monstruo habita en las profundidades del lago se ha mantenido por décadas e incluso año a año alimenta con hasta 130 millones de euros las arcas locales por conceptos de turismo.
Pero no todos creen en la leyenda y prefieren demostrar que nunca existió el animal. Uno de ellos es el paleontólogo y geológo Donald R. Prothero (autor del libro Abominable Ciencia, 2013), quien explicó a Vox cinco razones para refutar la existencia de «Nessie».
Primero, aseguró que no ha habido ningún avistamiento convincente del monstruo. Según Prothero, los relatos «han sido siempre poco fiables y a menudo difieren enormemente en lo que incluso parece (los primeros informes sugirieron que el monstruo del Lago Ness era una foca, no un dinosaurio). Hasta el momento nadie ha producido una sola fotografía auténtica».
En segundo lugar, los criptozoólogos (quienes buscan animales cuya existencia no ha sido probada) dicen que «Nessie» es un plesiosaurio sobreviviente, es decir, un reptil marino que nadaba en el agua y que se cree que se extinguió hace 65 millones de años. Sin embargo, el paleontólogo asegura: «Tenemos un muy buen registro de fósiles de los animales y nunca ha habido un hueso de plesiosaurio en el lago».
En un tercer punto, Prothero dice que los 37 kilómetros de largo, 2,7 de ancho y 226 metros de profundidad (una superficie aproximada de 56 kilómetros cuadrados) del lago no son suficientes para la vida del monstruo, pues necesita más de su especie para su sobrevivencia, y no lo hay, o por lo menos no se han visto más «Nessie». «Eso es algo que cualquier biólogo podría decirte de inmediato. Requiere de una gama más amplia», explicó.
En cuarto lugar, el paleontólogo dice que, según las descripciones, el monstruo sería un reptil, tal como un plesiosaurio. Por ello, Prothero dice que el agua del lago Ness «es demasiado fría para un reptil. Hay sólo unas pocas especies de reptiles que viven en Escocia, y un animal de sangre fría no pueden vivir allí a menos que sea adaptado».
Y el quinto y último argumento de Prothero se refiere al desarrollo de lago Ness, pues hace 18 mil años estaba cubierto de hielo. En teoría, «Nessie» podría haberse desarrollado en el Océano Atlántico, pero no hay un camino fácil desde allí hasta al lago, el cual está por sobre el nivel del mar, lo que lleva a la inviable idea de que gigantesco animal haya nadado contra la corriente por el no tan profundo río Ness, ubicado al norte del lago.
Entonces, ¿qué es lo que hay en realidad en el lago Ness?