Siempre hemos sentido admiración por lo grandioso, en especial monstruos grandes que destruyen todo a su paso. Estas bestias aparecen frecuentemente en las películas, como Godzilla y Pacific Rim, pero como todas las tendencias cinematográficas, tuvieron un comienzo.
El primer monstruo gigante en el cine, puede que sea el dragón de Die Nibelungen (1924), seguido de cerca por los dinosaurios de The Lost World (1925), adaptada de la novela del mismo nombre.
En 1931, se produjo otra película de stop motion llamada Creation, acerca de una familia cuyo yate es arrastrado por una tormenta en las costas de Chile y quedan varados en una isla con dinosaurios. Ese filme fue cancelado durante el rodaje, pero en 1933 sus maquetas serían aprovechadas para filmar King Kong, un icono del stop motion, los efectos especiales, los monstruos gigantes, el cine y la cultura popular.
Fue tal el éxito de King Kong, que recibió varias adaptaciones, como la serie animada The King Kong Show, en la que el protagonista combate contra distintos monstruos, incluyendo un robot con forma de gorila llamado Mechani-Kong. Esto dio inicio a la tradición de crear versiones mecánicas de monstruos gigantes, como Mechagodzilla y Mecha Shark.
En 1953 se estrenó The Beast from 20.000 Fantoms, adaptada de un cuento de Ray Bradbury, acerca de un reptil gigantesco que avanza por las calles de Nueva York. Lo importante de esta película, es que al año siguiente, la productora japonesa Toho se encontraba produciendo su propia película de un monstruo gigante como alegoría de la bomba atómica, y entre los debates acerca de la apariencia de la criatura, decidieron inspirarse en The Beast from 20.000 Fantoms. De no ser por esa película, Godzilla sería distinto.
Otro hito es Them! (1954), ya que es la primera película que mostró insectos gigantes.
Con esas bases, los monstruos gigantes se abrieron camino en la historia del cine, y desde entonces han mutado a muchas interpretaciones, apareciendo con diferentes formas y tamaños.