Con la promesa de causarnos asombro y hacernos reír, el circo ha conquistado al público durante siglos. Esos pilares fundacionales de las artes circenses son los elementos principales de Kooza, el show que trae al Cirque du Soleil de regreso a Chile.
La compañía de origen canadiense se estará presentando durante todo el mes de julio en la gran carpa instalada en Ciudad Empresarial, con un espectáculo que garantiza diversión para todas las edades.
En Kooza el espectador acompaña al Inocente, un ser solitario y tímido, que recibe una caja desde la cual aparece el Trickster, un ser mágico que le lleva a un mundo lleno de color y descubrimientos.
Las grandes acrobacias de artistas de distintas disciplinas y las hilarantes ocurrencias de los payasos se conjugan a lo largo de todo el show.
Desde una artista que hace girar con su cuerpo hasta siete aros de forma simultánea, hasta la impresionante rueda de la muerte, la exigencia física de cada número queda en evidencia y logra capturar la atención de la audiencia de principio a fin.
Todo es asombro y emoción cuando se vive esta aventura desde la mirada del inocente: las contorsionistas, la cuerda floja doble (a 5 y 7,5 metros del escenario), los grandes saltos de la báscula.
Una banda -integrada por seis instrumentistas y dos cantantes- complementa cada momento del espectáculo con acierto, gracias a una interesante combinación de pop occidental y música india. El resultado es un show bien pulido que no defraudará al público.
Fotógrafo: Javier Valenzuela