Hasta su muerte en 2015, Christopher Lee leyó todos los años el libro de J.R.R. Tolkien, a quien conoció personalmente (el único del reparto que tuvo contacto con él en algún momento).
Lee fue un gran fanático de la saga literaria, a tal punto que cuando escuchó que se estaba preparando la película, le envió cartas a Peter Jackson para pedirle ser parte de su trabajo. Hasta que logró interpretar a Saruman.