1,2 millones de viajes al día realizan los trenes en Holanda, una cifra que hasta fines de 2016 generaba una alta suma de emisiones de dióxido de carbono (CO2), pero que desde el 1 de enero de 2017 pasó a ser cero gracias a que este medio de transporte funcionará completamente con energía eólica.
Esto porque las cerca de dos mil turbinas instaladas en territorio holandés han podido generar la energía suficiente para alimentar los trenes y así transportar a 600 mil personas por día sin dejar rastro de CO2.
En 2015, la mitad de la energía que usaban los trenes era renovable; en 2016, alcanzaron el 70%; y a comienzos de 2017 han cumplido el compromiso de llegar al 100% que tenían para 2018, entre 1,2 y 1,4 millones de kWh de energía generada con tecnología eólica, un total equivalente al consumo doméstico de los habitantes de Amsterdam.
«Firmamos un contrato por una década, y somos el primer país del mundo en lograrlo, con ayuda de nuestros parques eólicos y también de otros plantados en el extranjero. El siguiente paso será promover la energía sostenible en las grandes empresas animando a sus empleados a cambiar el coche tradicional por el eléctrico, el ferrocarril o la bici, si es posible«, dijo Roger van Boxtel, director ejecutivo de Ferrocarriles Holandeses (NS por su sigla en neerlandés) el principal operador del ramo en el país.
Y el CEO agregó: «Una quinta parte del CO2 holandés se deriva de los automóviles, y la gasolina y el diésel deben ser cosa del pasado, porque el consumo eléctrico de un tren equivale a un millar de coches». El propio van Boxtel reveló la noticia con un particular video, en el que se amarra a un aspa de un clásico molino junto a las vías del tren, que puedes ver al final de esta nota.
Cabe recordar que en 2016 el Metro de Santiago anunció que en 2018 espera que el 60% del total de energía de la matriz de Metro provenga de energía solar y eólica, y así reducir 130 mil toneladas al año de emisiones de dióxido de carbono.