10 años de construcción y una inversión que la transformó en el proyecto cultural más costoso de Alemania son parte de las características de la Elbphilharmonie, la sala de conciertos diseñada por algoritmos e inaugurada recientemente en Hamburgo.
A un costado del río Elba, la construcción del edificio requirió un presupuesto de 789 millones de euros (845 millones de dólares) y un diseño a cargo de la firma suiza Herzog & de Meuron.
En abril de 2007 se instaló la primera piedra en el sector de HafenCity, con una primera fecha de finalización fijada para 2010. Sin embargo, modificaciones en el contrato atrasaron su término, hasta que el 31 de octubre de 2016 se anunció el fin de la construcción.
El primer concierto de pruebas en Elbphilharmonie se realizó el 25 de noviembre de 2016 y el 11 de enero de 2017 se concretó la primera actuación pública con la presentación de la Orquesta Sinfónica de la NDR, bajo la dirección de Thomas Hengelbrock.
Elbphilharmonie (o Filarmónica del Elba en español) cuenta con un auditorio principal diseñado por algoritmos, una idea que se ha usado para desarrollar formas de otros objetos y proyectos arquitectónicos, como partes de motocicletas, sillas y puentes.
En el caso de la Elbphilharmonie, Herzog y De Meuron utilizaron algoritmos para generar una forma única para cada uno de los 10 mil paneles acústicos de fibra de yeso que recubren las paredes del auditorio, como un rompecabezas gigante y ondulante con piezas que se entrelazan entre sí.
«Cada panel tiene una función», dijo a Wired Benjamin Koren, fundador de One to One, el estudio que trabajó con Herzog y De Meuron para diseñar y fabricar los paneles de la sala, que cuenta con 2.100 butacas.
Los 10 mil paneles cuentan con un millón de «celdas», pequeñas divisiones que parecen que varían entre cuatro y 16 centímetros de diámetro diseñadas para dar forma al sonido dentro del auditorio. Según Koren, cuando las ondas sonoras golpean un panel, la superficie irregular las absorbe o dispersa.
Para diseñar estos paneles acústicos únicos, Herzog y De Meuron trabajaron con el experto en acústica Yasuhisa Toyota, que creó un mapa de sonido óptimo para el auditorio.
Basado en la geometría de la habitación, Toyota calculó que ciertos paneles, como los que recubren la pared trasera del auditorio, necesitarían ranuras más profundas y más grandes para absorber los ecos, mientras que otras áreas, como las superficies del techo, requerirían celdas más superficiales.
Con estas celdas únicas, el auditorio central de la Elbphilharmonie posee una «acústica perfecta» que le permitió recibir el concierto de la Sinfónica de la NDR en su inauguración y ahora se prepara para un programa que incluye presentaciones de la Filarmónica de Viena y la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, dirigida por el venezolano Gustavo Dudamel.
Además, la Elbphilharmonie tiene en su sitio oficial información sobre visitas al edificio, aunque ellos mismos aclaran que la demanda es alta y que hay que estar atento a su información sobre disponibilidad.
Fotos: Michael Zapf