Los primeros recuerdos que Len Wein tenía sobre su acercamiento al cómic fue cuando estaba en un hospital. Allí, para no que no se aburriera, el estadounidense leyó revistas que le llevaba su padre. Fue la primera vez que se encontró con este mundo que posteriormente lo convertiría en uno de los escritores más afamados.
Wein falleció el pasado domingo 10 de septiembre, siendo uno de los referentes del cómic gracias a una trayectoria que lo tuvo tanto en DC como Marvel, con Wolverine como su gran creación.
«Yo era un niño muy enfermo. Cuando estaba en el hospital a los siete años, mi papá me trajo una pila de libros de historietas para mantenerme ocupado», contó Wein en 2003. «Cuando mi profesor de arte me dijo que pensaba que tenía talento artístico real, decidí dedicar todos mis esfuerzos en esa dirección», agregó en esa ocasión.
Y así fue creciendo su amor por las historietas. En su adolescencia, mensualmente con un amigo, Marv Wolfman, retiraban revistas de DC Comics y ambos crearon algunas historias que enviaban a la compañía. Tanta era la pasión que finalmente los contrataron como productores independientes a fines de los 60.
La primera historia profesional de Wein fue «Eye of the Beholder» en Teen Titans Número 18 de DC (diciembre de 1968), co-creando con Wolfman a Red Star, el primer superhéroe oficial ruso en el universo DC.
A inicios de los 70, Wein trabajaba con DC y Marvel. Para esta última escribió una historia independiente para Daredevil Número 71 (diciembre de 1970), mientras en paralelo con DC preparaba su primera gran creación: La Cosa del Pantano, junto a Bernie Wrightson.
Origen de Wolverine
Fue en 1975, con varios años de experiencia, que Wein trajo a la vida a Wolverine. Lo hizo junto a Dave Cockrum, reviviendo al equipo de superhéroes X-Men (creado por Stan Lee y Jack Kirby) después de una pausa de casi cinco años.
Wein eligió páginas de The Incredible Hulk para mostrar por primera vez a Wolverine. Y lo hizo con una razón simple: «Cuando lo engendré lo hice como un mutante canadiense específicamente para que quien terminara con la tarea de escribir el nuevo libro de X-Men, si alguna vez ocurría, tendría uno de esa nacionalidad a mano si lo quisiera».
La siguiente aparición de Wolverine fue en Giant-Size X-Men Número 1 (1975), escrito por Wein y dibujado por Cockrum, en el que Wolverine es reclutado para un nuevo equipo. Allí aparece primera vez sin su máscara y con el peinado que se convirtió en su marca.
«Aunque admito que mi idea original era que las garras de Wolverine se extendieran desde la parte de atrás de sus guantes, nunca intenté hacer de Logan un glotón (mamífero también llamado carcayú) mutado. Escribo historias sobre seres humanos, no animales evolucionados», dijo en una ocasión Wein.
Wolverine consiguió mayor popularidad y reconocimiento con las series animadas de los 80 y 90, pero su consagración más allá de los cómics vino con las películas de X-Men a cargo de 20th Century Fox. De hecho, tuvo sus propias películas, siendo la tercer y última Logan, estrenada en marzo pasado.
Hugh Jackman, quien interpretó a Wolverine en el cine, despidió a Wein tras su muerte.
Blessed to have known Len Wein. I first met him in 2008. I told him – from his heart, mind & hands came the greatest character in comics. pic.twitter.com/cFqL1uy0JV
— Hugh Jackman (@RealHughJackman) September 11, 2017
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