Desde sus comienzos en la televisión como periodista, Felipe Avello mostró que su idea era romper esquemas y jugar con los límites que en ese momento eran mucho más estrictos que ahora, pasando a ser el comediante que es en la actualidad reconocido con el Premio Nacional de Humor 2017.
Una distinción que entrega la Universidad Diego Portales desde 2008 y que en su edición anterior se le otorgó a Coco Legrand. Ahora, es el nacido en Concepción quien lo obtiene, en medio de su mejor momento como personaje del humor, recorriendo diversos escenarios del país y llenando teatros con sus rutinas.
Ha sido una constante evolución en la que poco a poco Avello se ha encontrado con su profesión ideal que es hacer reír, teniendo a la televisión como su principal plataforma para mostrar su hilarante y sorpresiva personalidad, en la que de una forma similar a Andy Kaufman, no respetaba libreto alguno.
Por eso haremos un repaso por la vida televisiva de «Pi Ei Ci», «Pecesillo» o simplemente Felipe Avello, con sus momentos más notables que muestran su desarrollo y creación del gran comediante que es ahora.
La revolución de Felipe Avello en la Televisión
Los primeros pasos de Avello en la pantalla chica fueron en el canal TVU de Concepción a mediados de los ’90 -de lo que hay registro-, pero rápidamente decidió dar un salto en su carrera trasladándose a la capital para probar suerte en las grandes cadenas del país.
Así, en 1998, llegó a Megavisión logrando ser parte del extinto programa «Sábado por la Noche», en donde comenzó a realizar diversas secciones que llamaban la atención por su particular estilo, que ya demostraba que lo suyo iba más allá del periodismo.
Después de su estadía en Mega, que incluyo un breve paso por «Mekano», el año 2000 fue contratado por TVN para integrarse al programa de la tarde «Día a Día», en donde continuó sus notas ingeniosas, en las que se aprovechaba de los accesos que tenía como figura de la televisión.
Dos años más tarde dio un salto a Chilevisión, llegando a «SQP», programa dedicado a la farándula que vio en él un personaje al cual explotar. Fue más partícipe en estudio y creó secciones como La Tiendita de Felipe Avello, espacio en el que enfrentaba a diversas figuras del espectáculo y la política, sin temor a mostrar frente a ellos su ácido humor.
La caída en medio del éxito
Felipe Avello era sinónimo de risas y locura, siendo uno de los rostros más aceptados por la audiencia lo que llamó la atención de Canal 13, uno de los canales más prestigiosos en esos tiempos y que a pesar de que seguía bajo las órdenes de la Iglesia Católica, decidió contar con sus servicios.
Sólo un año duró esa relación, ya que en medio del éxito de su participación en el programa «La Movida del Festival», vivió uno de sus momentos más polémicos. Era aclamado por todos y las periodistas de espectáculo lo nombraron Rey del Festival de Viña 2007, teniendo la atención de todo el país con su piscinazo. En ese instante lanzó frases como «Benedicto XVI, cúbreme con tu manto» y se desnudó en la piscina, hecho que molestó a las autoridades del canal.
El renacer de Avello
Estuvo un año sin aparecer en la televisión abierta por los problemas con Canal 13, que congeló su contrato y no lo dejó salir en la pantalla chica, pero Felipe Avello tuvo una nueva oportunidad y volvió a Chilevisión. Primero fue parte de “El Diario de Eva”, donde festinaba con las en ese entonces populares tribus urbanas, para posteriormente vivir su segundo periodo en «SQP», donde su rol de comediante ya estaba más claro y definido.
Luego de tres años en el franjeado de la tarde, Avello se cambió de canal con la idea de emprender nuevos proyectos con más participación en la parrilla programática. Así llegó a La Red, donde fue parte de los programas «Intrusos» y «Vigilantes», donde cumplió un rol similar al que tenía en SQP, burlándose del espectáculo y entregando sus peculiares opiniones sobre la contingencia.
Otro de los espacios donde estuvo fue «Así Somos», programa en el que realizó memorables secciones como Tragos Económicos y La Entrevista de Felipe Avello, donde tuvo “invitados” como Michelle Bachelet, Pinochet y el, en ese entonces, presidente Sebastián Piñera.
Pero fue en el programa «Comedia Sin Censura», parte del late «Mentiras Verdaderas», donde encontró un espacio diferente, ya que pudo realizar abiertamente y sin restricciones sus rutinas de stand up comedy, disciplina a la que se dedica actualmente y que lo ha hecho uno de los representantes más fieles en Chile, con un humor crudo que esconde un mensaje que va más allá de lo que podemos imaginar.
Así encontró su lugar indicado, realizando su rutina en todo el país con cerca de 300 espectáculos al año y siendo reconocido no sólo por la gente, sino que ahora también por sus pares en este reconocimiento que es el Premio Nacional de Humor 2017.