Para algunos es la consola que marcó el camino de lo que ahora son los videojuegos, y es que la Super Nintendo (SNES) logró el equilibrio perfecto entre la continuidad y la innovación, manteniendo un formato que logró cambiar todo en la industria.
Estrenada en Japón el 21 de noviembre de 1990, bajo en nombre de Super Famicom, este juego dio inicio al modelo actual de negocio de estos aparatos, formando filas interminables el día del lanzamiento y obligando a las autoridades a planificar las fechas en que saldrían a la venta los siguientes modelos.
Volver a vivir la experiencia de Mario Bros, Zelda y Metroid, pero en una nueva consola llamó la atención de los fanáticos japoneses, a quienes no les importó pagar más de lo que pedía el clásico rival de Nintendo: Sega, quien desde hace unos años venía intentado algo similar con su modelo Genesis.
La dura competencia
Un año más tarde la compañía rediseñó este equipo preparando su llegada a Estados Unidos donde fue llamado Super Nintendo. En este mercado tuvo un difícil ingreso, ya que la Genesis, además de contar con más títulos y tener un precio considerablemente inferior, poseía una estrategia de marketing potente.
Sega había colmado el mercado norteamericano con comerciales que incluían a Michael Jackson y frases como “Genesis does what Nintendon’t”, un juego de palabra que desacreditaba a la SNES. A pesar de que nunca logró superar en venta a sus rivales, la Super Nintendo de todas formas logró marcar a todos.
Con sus dos chips gráficos personalizados y su potente unidad de audio, creó un estilo único que iba más allá de lo que los demás juegos pretendían, ya que no se renovó por completo como Sega, ni tampoco hizo una extensión de su propio producto, sino que armó una perfecta combinación entre ambos factores.
La revolución de los «Super juegos»
Pero lo que daba un sello especial a esta consola es que realmente era «súper», ya que llevaba a otros límites a sus juegos, tal como Super Mario World, que lograba crear un universo completo dentro de un sólo cartucho, entregando la posibilidad de estar jugando durante meses un mismo título.
Y es que, tal como lo explica la revista Rolling Stone, la mayoría de los nombres como The Legend of Zelda: A Link to the Past, Final Fantasy VI, Earthbound y Dragon Quest V, permitían volver a la era del clásico NES, pero esta vez entregando detalles que sólo la SNES podía lograr.
Tramas más completas y complejas dieron el primer paso para lo que hoy conocemos como «modo historia» en los juegos. Estructuras definidas que lograban hacer cada vez más difíciles las etapas y los requisitos para avanzar dentro de la trama.
De esta forma la Super Nintendo marcó no sólo a generaciones de jugadores, sino que de desarrolladores que descubrieron que un título podía ir más allá, logrando aprovechar la innovadora tecnología de los 16 bits que ahora está obsoleta, pero que sin ella nada seria como es.
Esta consola fue discontinuada en 1999, tres años después de que Nintendo lanzara su modelo de 64 bits -conocido como Nintendo 64-, un nuevo paso en las ideas experimentales y revolucionarias de la empresa que durante los noventa estuvo siempre en la vanguardia de la industria.