Más de veinte investigadores realizaron un nuevo informe que alerta sobre el uso y la aplicación de tecnología con inteligencia artificial (IA), proyectando entre los próximos cinco a diez años un avance inapropiado de lo que para muchos es el futuro de las máquinas.
Nuevas formas de cibercrimen serían algunas de las principales consecuencias que tendrían los avances en esta materia. Así lo desarrollaron los expertos de diversas instituciones como las universidades de Oxford, Cambridge y hasta la compañía OpenAI, creada por Elon Musk.
El estudio centró su investigación en tres áreas fundamentales de la sociedad actual: lo físico, lo digital y lo político. La idea era proyectar la IA no como una herramienta positiva, sino a través de usos maliciosos, algo que en nuestros días ocurre.
El uso malicioso de la IA
En nuestros días, la inteligencia artificial es usada principalmente en armas de guerra para lograr ataques precisos a grandes distancias. Por lo mismo, para este grupo de 26 investigadores es primordial advertir sobre los peligros a quienes trabajan en esta materia.
«Creemos que hay razones para esperar que los ataques permitidos por el creciente uso de la IA sean especialmente efectivos, finamente dirigidos, difíciles de atribuir y que exploten las vulnerabilidades en los sistemas de IA”, dice el informe titulado El Uso Malicioso de la Inteligencia Artificial.
Dentro de la alerta entregada por los científicos, hay cinco puntos primordiales, tal como señala Gizmodo:
1. Los investigadores de IA deben reconocer la naturaleza de doble uso de su investigación.
2. Los responsables políticos deberían colaborar estrechamente con los investigadores técnicos para investigar, prevenir y mitigar los posibles usos maliciosos de la IA.
3. Las buenas prácticas deben identificarse desde otras áreas de riesgosas para proyectarlas al caso de la IA.
4. El desarrollo de marcos normativos y éticos debe ser fundamental en cada uno de estos estudios.
5. Las partes interesadas y expertos involucrados en las discusiones sobre estos desafíos deben ser muchos.
Ahora, sólo queda esperar a que los equipos que trabajan con este tipo de tecnología tomen las precauciones correspondientes, para lograr disminuir los peligros que podrían generar las máquinas automatizadas. Entre cinco a diez años más sabremos qué nos depara este futuro.