En un hecho poco común, la Real Academia Sueca eligió al músico estadounidense Bob Dylan para otorgarle el Premio Nobel de Literatura 2016, anunciado este jueves 13 de octubre.
La Academia ya había dado señales de nuevos aires en 2015 cuando eligió por primera vez a una periodista para darle el galardón y ahora lo hace con una de las figuras más influyentes de la música popular de los últimos 50 años.
Robert Allen Zimmerman, su verdadero nombre, fue elegido «por haber creado una nueva expresión poética dentro de la gran tradición americana de la canción».
Los méritos de Dylan para obtener el Nobel de Literatura son infinitos, gracias a una enorme capacidad de crear una lírica que se adapta a la música, o, por supuesto, viceversa. Las descripciones, la prosa y los versos de su discografía son verdaderos textos literarios que han sobrevivido y traspasado fronteras por décadas.
Durante los sesenta, su aparición explosiva estuvo marcada por la descripción de los conflictos sociales, ser la voz antibélica y convertirse informalmente en el reproductor de los sentimientos de la sociedad estadounidense de esa época.
«Blowin’ in the Wind», canción lanzada en 1962, habla de la paz, la guerra y la libertad a través de la voz de Dylan que aparece como una combinación entre cantante y narrador.
Y «The Times They Are a-Changin'», estrenada un año después, a menudo es referida como emblema de cambios en la sociedad, con una poesía única que parece eterna.
Pero Dylan no sólo se ha encargado de demostrar su pasión por la literatura a través de sus canciones. El oriundo de Minnesota también ha publicado dos libros basados en su vida: Tarántula (1971) es un recorrido por su juventud en forma de poesía de prosa; y Chronicles: Volume One (2004) es la primera entrega de una trilogía de memorias con los puntos más importantes de su carrera.
A estas dos publicaciones se suma Lyrics: Since 1962, un libro de de 960 páginas con una revisión de sus influyentes letras, las mismas que le han otorgado el Nobel de Literatura.