El próximo 9 de junio, Katy Perry lanzará oficialmente Witness, su quinto álbum, que cerrará casi cuatro años de silencio. Según la estadounidense, es su trabajo más prolífico en casi una década de trayectoria.
Fue apenas terminó la extensa gira mundial The Prismatic World Tour, en octubre de 2015 (tras pasar por Latinoamérica), que la cantante comenzó a trabajar en el nuevo álbum. Pero no en la práctica ni en el estudio, sino que tomándose un tiempo de descanso.
«Estoy en la fase de investigación y desarrollo», dijo en febrero de 2016 al New York Times. «Ahora estoy tomando un poco de tiempo. No quiero saltar sobre ninguna tendencia. Sólo necesito evolucionar», agregó por ese entonces.
Y ese periodo duró casi todo 2016. Según contó la propia cantante, se tomó un receso de seis meses, dejando su casa de Los Angeles para irse a Santa Barbara y estar con sus padres y sus hermanos.
Este retiro de las luces y la primera plana la llevó a una importante productividad que se reflejó a fines de 2016 en 40 canciones escritas para el sucesor de Prism (2013).
Entre medio de esa etapa, la estadounidense también lanzó el tema «Rise» en el marco de los Juegos Olímpicos de Rio 2016, mientras daba señales de que su nuevo álbum tendría mucho de experimentación «He estado probando diferentes productores, colaboradores y estilos», dijo a fines del año pasado.
Uno de los primeros anticipos apareció en febrero pasado con la salida del single «Chained to the Rhythm», con un sonido cargado al baile en tono reggae. Y luego en abril estrenó «Bon Appétit» con la colaboración del trío hip hop Migos.
Con la fecha de publicación confirmada y a días de lanzar el álbum, la artista se atrevió a definir su trabajo: «Es realmente muy valiente. En términos sonoros, es divertido y ligero. Definitivamente es un cambio… Todavía soy Katy Perry y la amo tanto pero, en el fondo, soy Katheryn Hudson y creo que eso se está revelando», confesó a Entertainment Weekly.
En cuanto a la gira, la artista iniciará Witness: The Tour el 7 de septiembre en Columbus. Hasta ahora se extenderá hasta inicios de febrero de 2018 por Norteamérica.
Pero este periplo no será uno más: la estadounidense se asoció a la organización Boys & Girls Clubs of America, que va en ayuda de jóvenes vulnerables para que puedan alcanzar su potencial como ciudadanos productivos y responsables. Perry donará un dólar de cada entrada vendida de su gira para la asociación y también dará tickets gratuitos a miembros del club y voluntarios.