El plan de reducción de emisiones de dióxido de carbono en Estados Unidos era una de la promesas de campaña por allá por 2008, cuando pretendía llegar a la Presidencia de ese país. Ahora, en pleno segundo mandato, Barack Obama anunció un ambicioso plan para darle batalla al cambio climático.
«Solo tenemos una casa. No hay un ‘Plan B'», expresó el Mandatario al presentar su idea, «el paso más grande e importante dado hasta ahora por Estados Unidos», según él. «El cambio climático no es un problema para otra generación. Ya no», sentencia Obama en un video donde describe su plan.
Menos emisiones de dióxido de carbono
Obama había propuesto un plan similar en 2014. En él tenía como objetivo una reducción de un 30 % de emisiones de dióxido de carbono para 2030 en centrales termoeléctricas. Ahora, con este anuncio definitivo, la disminución impuesta es de un 32 % en Estados Unidos.
Los Estados pueden ganar o perder
El plan de Obama dice que cada estado debe presentar su propio plan definitivo para reducir las emisiones en 2018, siguiendo los objetivos presentados para cada uno. En caso de tomar las medidas, el Gobierno «premiará» a esos estados con licencias y compensaciones fiscales. Sin embargo, en caso de no presentarlas, será la Agencia de Protección Ambiental (dependiente del Gobierno) la que tome acciones para hacer cumplir la norma.
El costo del plan
Según el Gobierno estadounidense, el costo del plan será de ocho mil millones de dólares al año hasta 2030, sin contar las posibles variantes que puedan ocurrir en cada estado. Además, sostiene que estas normas significarán un ahorro para las familias de unos 85 dólares por año y los consecuentes beneficios para la salud.
Un anticipo de un acuerdo global
En diciembre de 2015 se desarrollará la Conferencia Mundial del Clima en París, en donde se espera un nuevo pacto sobre el Medio Ambiente, algo así como el sucesor del Protocolo de Kioto. El plan de Obama es reunir la fuerza para promover un acuerdo global para reducir las emisiones de CO2.