El periodo 2015/2016 puede convertirse en el que el fenómeno climático El Niño se convierta en el más devastador que se recuerde hasta ahora, debido a los niveles de calentamiento que ha alcanzado durante el último tiempo en el Océano Pacífico.
Un informe del Centro de Predicciones Climáticas emitido el pasado 13 de agosto, muestra que diversos factores atmosféricos y oceánicos lo hacen un fenómeno significativo y en constante fortalecimiento, que continuará hasta mediados de 2016.
De acuerdo al Centro Internacional para la Investigación del Fenómeno de El Niño, las características de este evento, que ocurre en intervalos irregulares cada dos a siete años, incluyen un calentamiento sostenido en el Océano Pacífico tropical central y del este; una disminución en la potencia de los vientos del Pacífico; y la reducción de lluvias en el este y norte de Australia.
Según el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada de Chile (SHOA) estas condiciones anómalas generan fuertes precipitaciones y cambios notables en el clima y las pesquerías, tanto en los países ribereños del Pacífico sudoriental, como en otras partes del mundo.
En Estados Unidos, el fenómeno llevará a una temporada de huracanes en el Atlántico bajo lo normal, y pero sobre lo normal en las cuencas del Pacífico central y ecuatorial.
En tanto, las consecuencias en Sudamérica serían intensas lluvias que podrían provocar inundaciones catastróficas. También se destaca que 2015 y 2016 podrían ser los años más calurosos de toda la historia a raíz de El Niño, así como también del calentamiento global debido al dióxido de carbono que sube hacia la atmósfera.
A nivel global, las grandes consecuencias podrían ser la sequía y la reducción en el rendimiento de las cosechas en Australia y la India, incendios forestales en Indonesia, y pesca menos productiva en Perú y Chile. Todo lleva a un impacto tanto social como económico.
El último registro de El Niño es del periodo 2009/2010, pero no alcanzó la magnitud de lo que significó el fenómeno en 1997/1998, que causó enormes inundaciones y sequías en diversos puntos de la Tierra. Según recuerda Vox, en aquella ocasión provocó más de 23 mil muertes y 35 mil millones de dólares en destrucción.
Habrá que esperar lo que queda de 2015 y comienzos de 2016 para ver los efectos de El Niño. O como lo han llamado en Estados Unidos: El Niño Godzilla.