Los embalses de Los Ángeles ya no presentan un color azul claro frente a los ojos de sus residentes. Desde hace unos días, las reservas de agua ahora parecen una manta negra que brilla frente al intenso sol.
¿De qué se trata esto? La ciudad estadounidense ha vertido millones de pequeñas bolas negras en los embalses, en un esfuerzo para proteger su suministro de agua ante la sequía que afecta a California desde 2013.
Las bolas negras están destinadas a mantener una buena calidad del agua y protegerlas de la evaporación. «A medida que la sequía continúa, nunca ha sido más importante centrarse en formas innovadoras para mantener el agua potable de calidad más alta para nuestros cuatro millones de habitantes», dijo el Consejo de la Ciudad de Los Angeles en un comunicado.
Las bolas protegen un 90 % de la evaporación del agua, con una proyección de 300 millones de galones salvados. En total, son 96 millones de bolas las que cubren las reservas de agua de Los Ángeles, con un costo de 0,36 dólares cada una.
Cada bola, de un diámetro de 10 centímetros y un peso aproximado de 245 gramos, está construida con polietileno de alta densidad, el mismo material usado para moldear jarras de leche. Su color negro permite ser resistente a los rayos ultra violeta al intenso calor.