Cuando un director realiza una obra maestra destinada a convertirse en clásico, se dice que es un visionario con mirada innovadora. En el caso del estadounidense David Lynch (1946), lo correcto sería decir que tiene mirada laberíntica.
Sus películas siempre han sido difíciles de describir, empezando por los cortometrajes que hizo en los ’60 e inicios de los ’70. Hechos con animaciones simples y ocasionales segmentos con actores, al espectador le cuesta entender lo que está pasando.
Su primer largometraje es Eraserhead (1977), una película de culto sobre un hombre con peinado estrafalario que cuida a su hijo deforme. Lo que distingue a sus largometrajes de sus cortos es que tienen una historia lineal, y eso los hace aún más extraños, ya que sugiere que hacen sentido en la mente de Lynch.
En Blue Velvet (1986), o Terciopelo Azul, aborda el cine negro con la historia de un muchacho que un día, caminando por el parque, encuentra una oreja mutilada en el pasto; él la reporta en la estación de policía y la historia podría haber terminado ahí, pero siendo el intrépido que es, realiza su propia investigación y se ve envuelto en un caso criminal. Es su primera película de misterio, género que vuelve a visitar en otros trabajos, como Lost Highway (1997), o Carretera Perdida, que trata de…
Sucede que es difícil comentar las películas de David Lynch por temor a arruinar la sorpresa, lo mejor es ir a verlas sabiendo lo menos posible, pero siempre se puede estar seguro de que va a ser una experiencia inusual.
Al ver lo desconcertantes que pueden llegar a ser sus filmes, se podría pensar que David Lynch tuvo una vida complicada, pero no es el caso. De niño se mudó muchas veces debido al trabajo de su padre y eso le gustaba, le era fácil adaptarse y hacer nuevos amigos.
Tal vez lo diferentes que son sus películas es resultado de la libertad que ha tenido como director. Él mismo ha dicho que le aterra hacer una película en la que no tenga la última palabra.
Pero lo más popular de Lynch no es una película, sino una serie de televisión: Twin Peaks, creada por él y de la cual es un director recurrente. Durante 1990, todos estaban pegados a sus televisores con ansias de saber quién mató a Laura Palmer, el gran misterio de esta serie policial.
Por suerte para los aficionados, Twin Peaks tendrá una tercera temporada, y los espectadores volverán a ver con la mirada de David Lynch.