El Parlamento de Dinamarca aprobó una polémica ley que permite a las autoridades confiscar dinero en efectivo y objetos de valor de los refugiados, y retrasar las reuniones con sus familias.
La idea había recibido las críticas de la Organización de Naciones Unidas (ONU), la Unión Europea (UE) y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), entre otros organismos. De hecho, la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) dijo que el proyecto podía alimentar «el miedo y la xenofobia».
Sin embargo, el proyecto encabezado por el Primer Ministro Lars Løkke Rasmussen logró el apoyo del Partido Conservador, de la Alianza Liberal y del ultranacionalista y xenófobo Partido Popular Danés, los tres partidos que soportan el Gobierno, pero también del Partido Socialdemócrata, según informó El País.
¿Qué abarca este nuevo reglamento? Los solicitantes de asilo podrán mantener hasta 10.000 coronas (poco más de un millón de pesos chilenos) en efectivo y objetos de valor. Si se se supera ese límite, será confiscado por la policía danesa. En un principio, el proyecto tenía como umbral 3.000 coronas (unos 310 mil pesos chilenos).
Otra de las medidas en relación es el aumento del período de espera antes de que los refugiados pueden solicitar que sus familias se unan a ellos, pasando de uno a tres años.
Según El País, los argumentos del Gobierno danés para presentar este proyecto es que se debe igualar las condiciones de los solicitantes de asilo con las que se aplican a sus ciudadanos para acceder a ayudas públicas, y que el coste fiscal de los refugiados en Dinamarca fue en 2015 equivalente al 0,47% de su PIB, el mayor gasto relativo después de Suecia (0,5%) y por delante de Alemania (0,2%).
Uno de los críticos a la nueva ley fue Jonas Christoffersen, director del Instituto danés de Derechos Humanos, quien afirmó a Al Jazeera: «El derecho de los refugiados a reunirse con su familia está protegido por numerosos convenios internacionales ratificados por Dinamarca. Creemos que el Gobierno transgrede el derecho internacional mediante la implementación de este proyecto de ley».
En 2015, un año marcado por la crisis de los refugiados en Europa, Dinamarca recibió 21.300 solicitudes de asilo, una de las tasas más altas per cápita en la UE, y ha introducido controles fronterizos más estrictos junto con la vecina Suecia, que registró 163.000 peticiones el año pasado.