Los temblores no se pueden predecir y los terremotos menos. Los daños que provocan son grandes, sobre todo en Chile, que fue afectado en febrero de 2010 con uno de magnitud 8.8 y con deterioros en diversas estructuras del país.
Aunque en Chile las construcciones se realizan bajo estándares anti-sísmicos, en el resto del planeta se han desarrollado diversas técnicas nuevas para evitar derrumbes y tragedias.
Debido a que las construcciones antiguas tienen el riesgo de derrumbe y una reparación podría implicar un trabajo más delicado, una compañía japonesa creó una tecnología basada en la fibra de carbono, un material que ha sido elegido en diversas áreas por sus propiedades.
Komatsu Seiren Fabric Laboratory, con sede en Ishikawa, fabricó este reforzamiento sísmico que bautizó como CABKOMA Strand Rod, compuesto por un núcleo de fibra de carbono envuelto en fibras adicionales y recubierto con una resina termoplástica.
¿Cómo funciona? Un edificio se recubre con las cuerdas (que miden casi 160 metros) desde el techo hasta la base, lo que permite que en el momento del terremoto la construcción se mueva todo junto.
La fibra de carbono es una de las mejores formas de absorber ondas de choque sin añadir volumen. Tiene una resistencia a la tracción muy elevada; de hecho, es tan fuerte como el acero, pero 90 por ciento más ligero. CABKOMA Strand Rod pesa menos que una manguera de jardín y se puede llevar en la mano.
Esta nueva tecnología podría salvar vidas. Por ahora se seguirán haciendo pruebas en diversos edificios japoneses, aunque su dificultad principal es que sólo puede ser usado en construcciones de tamaño medio.