En un dolor de cabeza (o en realidad, más de uno) se ha convertido la producción del nuevo remake de Scarface, que tendrá a Diego Luna como protagonista en el papel del mítico Tony Montana.
A fines de 2016, en medio del estreno de Rogue One de Star Wars, se confirmó la presencia del actor mexicano en la tercera cinta basada en la novela de Armitage Trail, tras las cintas de 1932 y la de 1983 dirigida por Brian De Palma y protagonizada por Al Pacino.
En su anuncio se definió a la nueva película como un relato moderno de la historia de inmigrantes y la acción. Además, la acción y el libertinaje alimentado con cocaína se trasladará de Miami a Los Ángeles, agregando a Tony, obviamente, un acento más mexicano que el cubano de Pacino.
Aún no se confirma quién será la encargada de interpretar el papel de Elvira Hancock, la esposa de Tony Montana que apareció en la cinta de De Palma a cargo de Michelle Pfeiffer.
Un proyecto sin director
Sin embargo, el ambicioso nuevo remake de Universal Pictures ha tenido dificultades para encontrar el director adecuado. A mediados de 2016 se anunció que Antoine Fuqua (Día de Entrenamiento, Los Siete Magníficos) se hacía cargo, pero a principios de 2017 abandonó el proyecto debido a conflictos de agenda.
Tras la salida de Fuqua, comenzó la búsqueda de un nuevo director, junto con sumar a los Hermanos Coen como guionistas, reemplazando a Terence Winter quien escribió el primer borrador.
En mayo vinieron buenas noticias con la confirmación de David Ayer (Suicide Squad) para hacerse cargo de la dirección, pero a mediados de julio Variety informó que el cineasta también había dejado el proyecto para dedicarse a su cinta Bright (protagonizada por Will Smith) y por conflictos con Universal.
La búsqueda de un nuevo director no debe tardar tanto, porque el propio estudio anunció que la fecha de estreno del remake de Scarface quedó fijada para el 10 de agosto de 2018, por lo que el rodaje debe comenzar en los próximos meses.