10 años antes, en 2008, Paramount Pictures se atrevió con una película de terror creada por J. J. Abrams llamada Cloverfield. Luego vino una segunda entrega titulada 10 Cloverfield Lane (2016) y este 2018 todo el mundo se sorprendió con el estreno sin previo aviso en Netflix de la tercera parte, The Cloverfield Paradox.
La película presentó su nombre, tráiler y afiche en el Super Bowl 2018 y, sorprendiendo por su estrategia, estuvo disponible en Netflix la misma noche. Fue una jugada arriesgada pero que con el paso de los días ha tenido un impacto extraño y singular.
The Cloverfield Paradox fue dirigida por Julius Onah y está protagonizada por Daniel Brühl, Elizabeth Debicki y Aksel Hennie. Presenta a un grupo de astronautas a bordo de una estación espacial que, después de usar un acelerador de partículas para tratar de resolver la crisis energética de la Tierra, debe encontrar un camino a casa después de viajar accidentalmente a una dimensión alternativa.
Tal como su antecesora, The Cloverfield Paradox nació con una idea distinta: la película se basó en God Particle, un guión de Oren Uziel que tenía la trama principal de la tripulación de la estación espacial pero no estaba conectada con Cloverfield.
Este guión fue adquirido por Paramount Pictures en 2012 y luego de algunas conversaciones (que incluyeron lanzarla como una cinta de bajo presupuesto), Abrams a través de su productora Bad Robot adaptó el guión y agregó algunas escenas para conectarla a las otras dos cintas.
«A medida que comenzamos a trabajar en la película, nos dimos cuenta de que sería un ajuste natural desde el principio. Nos gustó el guión y la idea. Se sentía como si perteneciera a Cloverfield», dijo Abrams en un conversatorio post-estreno. «Se trata más del ADN, lo opuesto a ser una continuación literal, esta fue una secuela espiritual», agregó.
La jugada de estrenar la película solo momentos después de revelar su nombre, tráiler y póster fue un trabajo cuidadoso. «Incluso dentro de Netflix, no todos sabían lo que estaba sucediendo. En Paramount esto fue algo increíblemente silencioso, algunos departamentos no lo sabían», reveló Abrams.
Poco después de su estreno, se conoció que Netflix pagó 50 millones de dólares a Paramount Pictures por la distribución de la película. Según el medio estadounidense, la compañía y Abrams se la entregaron a la plataforma de streaming, que está dispuesta a desembolsar grandes cantidades de dinero por contenido de alto perfil.
THR también dice que los analistas de la industria creen que la participación de Netflix ayudó a una película sin futuro rentable para Paramount, pues su llegada a los cines tradicionales habría terminado en una pérdida.
Además, la crítica no ha sido positiva. En Rotten Tomatoes ha logrado solo un 18%, con un consenso que dice: «El brillante reparto se ve eclipsado por una confusa mezcla de géneros y tramas que rayan más cabezas que las picaduras de ciencia ficción».
Entertainment Weekly escribió: «The Cloverfield Paradox es un retrato de cómo el ruido en torno a una franquicia comienza a importar más que las películas que la forman». Y Vanity Fair declaró: «La película, pese al reparto, emite la vibra cansada de un episodio de TV que ya se ha visto».
The Cloverfield Paradox se puede ver en Netflix aquí.