Con la idea de reducir 130 mil toneladas al año de emisiones de dióxido de carbono (CO2), el Metro de Santiago será abastecido por Energías Renovables No Convencionales (ERNC) a partir de 2018, cuando se inauguren las nuevas líneas.
La idea es que el 60% del total de energía de la matriz de Metro provenga de energía solar (42%) y eólica (18%) tras firmar un convenio con la central fotovoltaica El Pelícano y otro con el parque eólico San Juan, que estarán en pleno funcionamiento a partir de 2018 para cubrir los requerimientos de energía eléctrica de la empresa durante los próximos 15 años, a través del Sistema Interconectado Central (SIC). El 40% restante correrá por cuenta de Chilectra.
Con esta medida (que requiere una inversión de 500 millones de dólares), el consumo de ERNC de Metro equivaldrá al promedio de 104 mil hogares y permitirá reducir las emisiones de CO2 a nivel país, ayudando a Chile cumplir con el compromiso voluntario que tiene frente a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático.
Este anuncio se suma la iniciativa de un grupo de académicos de la Universidad de Chile que han estudiado la posibilidad de generar electricidad a través de paneles solares que cubran las vías del Metro.
Investigadores de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM) de ese centro de estudios proponen aprovechar la luz solar e implementar paneles con el fin de asumir anualmente el 20 por ciento de la demanda energética de este transporte público.
En la actualidad, Metro de Santiago construye dos nuevas líneas (Línea 3 y Línea 6) que otorgará a la Red un total de 140 kilómetros, 136 estaciones y 2.7 millones de viajes diarios.
La incorporación de energías renovables en el transporte ya se ha visto en otros lugares, como el aeropuerto internacional Cochin de India, que funciona exclusivamente con energía solar; y la construcción de carreteras con paneles solares.