La sensación de estar al borde la muerte un domingo por la mañana después de una madrugada llena de botellas de vino podría quedar en el pasado gracias a los avance científicos.
¿Cómo? Investigadores de la Universidad de Illinois han estado preparando una serie de experimentos destinados a disminuir en lo que más se pueda los subproductos tóxicos que originan la maldita resaca.
Se trata de la utilización de una enzima que realiza una especie de «corte de cuchillo» a la levadura (usada para la fermentación del vino y la cerveza), eliminando aquellos componentes tóxicos que te hacen ver burros verdes al otro día de la fiesta. Además del beneficio de un buen despertar dominical, esta «ingeniería genética» también podría suavizar el vino y aumentar sus beneficios para la salud.
Pero, ¿a qué se debe que despertemos con la caña, la cruda o la resaca? El alcohol inhibe la producción de la hormona antidiurética (responsable de retener el agua en los riñones) y el cuerpo humano, desafortunadamente, produce más orina de la normal, por lo que el resultado será una crítica deshidratación. Y también un dolor de cabeza debido a la dilatación de los vasos sanguíneos, sintiendo como si fuese a explotarte.