Después de un largo tiempo de campañas por parte de la ONG Greenpeace a nivel mundial, la empresa Royal Dutch Shell anunció que dejará las exploraciones petroleras en el Ártico de Alaska.
La compañía anglo-holandesa emitió un comunicado en el que informó que cesará las perforaciones en el Mar Chukchi de Alaska, en donde hizo exploraciones en Burger J. Allí, Shell realizó estudios que llevaron a Greenpeace a desarrollar una campaña global para pedir que abandonaran el Ártico antes de provocar un desastre medioambiental.
«Shell ha encontrado indicaciones de petróleo y gas en el pozo Burger J, pero éstas no son suficientes para garantizar una mayor exploración», explicó la compañía a través de un comunicado. «El pozo será sellado y abandonado de acuerdo con las regulaciones estadounidenses», agregó.
Según Shell, la decisión de abandonar el Ártico se debió a «los resultados de las extracciones de Burger J, los altos costos asociados al proyecto y el entorno regulatorio federal desafiante e impredecible en las costas de Alaska».
Greenpeace fue la organización que más criticó la presencia de Shell en el Ártico, con una campaña que argumentó que si las empresas petroleras conseguían perforar en uno de los ambientes más extremos, aislados e impredecibles del mundo, la probabilidad de un derrame de petróleo era altísima.
Esto significaba que el crudo podría derramarse sin control y quedar bajo el hielo durante años, contaminando la tierra y el sustento de todas las personas y especies que viven en ese lugar, desde osos polares hasta morsas y narvales.
Asimismo, la ONG explicó que el hielo del Polo Norte es fundamental y que debido a la quema de combustibles fósiles, el Mar Ártico podría pronto estar sin hielo. El derretimiento contribuiría al aumento del nivel del mar y alterar los patrones climáticos globales, y hacer que el calentamiento global ocurra más rápido.
En un comunicado de prensa, Kumi Naidoo, Director Ejecutivo de la compañía, expresó: «Es una gran victoria para los millones de personas que estaban en contra de Shell y un desastre para otras compañías petroleras con intereses en la región. Shell apostó en grande y perdió en grande, tanto en términos financieros como reputación pública».
Tras el fin de las exploraciones, ahora Greenpeace se enfocará en una petición a los líderes mundiales para crear un Santuario Global en el área deshabitada alrededor del Polo Norte, donde esté prohibida la extracción de petróleo y la pesca destructiva.