Después de tres años y medio refugiado en la Embajada de Ecuador en Londres, el periodista australiano Julian Assange recibió la noticia de que una comisión de la Organización de Naciones Unidas afirmó que su detención es «ilegal».
El Grupo de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias de la ONU emitió un informe este viernes 5, en el que «considera las diferentes formas de privación de la libertad a las que fue sometido Assange como una forma de detención arbitraria», aunque técnicamente el fundador de WikiLeaks no está detenido, sino que refugiado.
Assange llegó a la Embajada el 19 de junio de 2012 tras pedir asilo para evitar la extradición a Suecia por una orden de detención europea en su contra emitida en noviembre de 2010, en el marco de una investigación por presuntas agresiones sexuales. La petición ocurrió cuatro meses después de que WikiLeaks filtrara más de 70 mil documentos secretos militares de Estados Unidos, por lo que teme que en tierra sueca sea enviado a suelo estadounidense.
Desde ese entonces, el periodista australiano ha tenido una serie de encuentros con la justicia, como su entrega voluntaria a la policía británica en diciembre de 2010 (aunque sólo estuvo nueve días detenido) y la autorización de extradición a Suecia por parte de un tribunal londinense en febrero de 2011.
Por ello, Assange llegó hasta la Embajada de Ecuador para solicitar refugio, en donde recibió la noticia del informe del Grupo de Trabajo de la ONU, que además de afirmar que es una «detención arbitraria», también declaró que las acciones jurídicas de Suecia y el Reino Unido son responsables de su situación, además de pedir a ambos gobiernos procurar que el periodista se pueda mover libremente.
El Grupo también propone que el australiano debe recibir una indemnización por su exilio forzado en la Embajada y por su arresto domiciliario de diciembre de 2010.
Tras el anuncio, Reino Unido y Suecia rechazaron el informe. De hecho, el ministro de Exteriores británico, Philip Hammond, lo calificó de «ridículo» y aseguró que Assange es «un fugitivo de la justicia».
Por su parte, Assange afirmó este viernes que la decisión «es vinculante» y pidió a los dos países que cumplan lo requerido por el Grupo de la ONU. «Esta es una victoria que no se puede negar. Es una victoria de importancia histórica para mí, mi familia, mis hijos y por la independencia del sistema de la ONU», expresó desde la Embajada de Ecuador en Londres.
Por ahora, Assange seguirá refugiado en la Embajada. Si abandona el lugar, será detenido por la Policía londinense y enviado directamente a Suecia.