En 2012, el empresario Elon Musk (creador de Tesla, SpaceX y PayPal) anunció que tenía una nueva idea: un medio de transporte de alta velocidad que podría unir largas distancias en sólo minutos u horas.
En ese entonces, el multimillonario dijo que su idea tomaría el nombre de Hyperloop y que será una mezcla de un «concorde y un cañón de riel (arma que dispara proyectiles metálicos a alta velocidad a través de un campo magnético)».
Posteriormente aparecieron más detalles de su proyecto: el diseño es una cápsula que puede lograr más de 1.200 kilómetros por hora a través de un tubo que contiene aire a baja presión y su idea fue sumando comentarios, consejos y críticas por parte del público.
Algunas de las dudas sobre esta idea es cómo el cuerpo humano puede responder un viaje a esa velocidad, en un lugar cerrado y con pocas posibilidades de atender una emergencia, a diferencias de otros medios de transporte.
En 2015, Musk anunció la construcción de una pista de prueba en las cercanías de su otro proyecto, SpaceX (que sigue probando los cohetes reutilizables). Será este año que se erigirá una pista de 1,5 kilómetros en la que se probarán diversos diseños para Hyperloop.
El plan de Musk es que el nuevo medio de transporte logre unir a Los Ángeles con San Francisco en 30 minutos, una gran diferencia con las actuales 12 horas que se demora el tren o la hora que demora un vuelo.
Pero antes de eso, Hyperloop ya tiene un proyecto concreto: Eslovaquia firmó un acuerdo con la empresa para construir el medio de transporte para unir Bratislava y la capital de Austria, Viena, en sólo ocho minutos.
Aún no hay fecha estimada de puesta en marcha de la conexión europea, pero la empresa de Musk pretende que entre 2018 y 2020 ya se pueda viajar en Hyperloop.