El 8 de septiembre de 2016, la exploración espacial tuvo un día histórico con el lanzamiento de la sonda espacial Osiris REx, que irá al encuentro del asteroide Bennu con la idea de entender el origen del Sistema Solar.
El cohete Atlas V fue el encargado de impulsar la nave que se encontrará con el asteroide clasificado como potencialmente peligroso y con una alta probabilidad de impactar nuestro planeta en el siglo XXII, según la agencia espacial.
Osiris-Rex tendrá que volar hacia Bennu a 19.000 kilómetros por hora y luego frenar a menos de 0,8 kilómetros por hora para interceptar el asteroide. A continuación, recogerá en un entorno difícil de microgravedad una muestra relativamente grande, la cual debe ser protegida en el viaje de regreso a la Tierra.
Según los planes, la sonda alcanzará a Bennu en agosto de 2018. A su llegada, tendrá harto tiempo para analizar el asteroide e identificar una sección científicamente interesante para recoger.
Alrededor de julio de 2020, la sonda utilizará un instrumento robótico conocido como TAGSAM para hacer contacto con el asteroide. Luego, en marzo de 2021, Osiris-Rex tiene previsto su despegue desde Bennu y comenzara su viaje a casa.
Recién en septiembre de 2023, la nave debería entrar en la atmósfera de la Tierra.
¿Cuál es la idea?
La razón principal de este proyecto es lograr una explicación sobre el origen del Sistema Solar. Según los científicos, los asteroides son rocas primitivas, es decir, restos sobrantes de la formación de los planetas que se crearon hace miles de millones de años.
Además, probablemente los asteroides no han cambiado mucho desde su formación. En la Tierra existe la erosión que cambia constantemente las superficies. En cambio, estos cuerpos no tienen cosas como los océanos, el viento o la lluvia. Osea, su historia se conserva.
Además, hay un hipótesis denominada panspermia que afirma que la vida microbiana llegó a la Tierra a través de asteroides, meteoritos, cometas y otros cuerpos que orbitan el Sistema Solar. Por ello, se dice que son portadores del origen de la vida.
Para tener novedades, habrá que esperar hasta 2025, después de 24 meses de análisis de muestras. Tan sólo nueve años más.