El magnate Donald Trump se declaró candidato a la presidencia de los Estados Unidos por el partido republicano el 16 de junio de 2015, algo que muchos recibieron como un chiste, pero que poco a poco tomó fuerza y terminó con el multimillonario como la máxima autoridad del país norteamericano.
Después de ganar las primarias de su partido, el 9 de noviembre de 2016 fue elegido mandatario al triunfar en las presidenciales sobre la demócrata Hilary Clinton, en unas elecciones llenas de polémicas y acusaciones, un hecho que sorprendió a todo el mundo e incluso hizo que algunas celebridades dijeran que se irían del país si triunfaba Trump.
En este primer año desde su elección como presidente de Estados Unidos, han sido varios los problemas que ha tenido que enfrentar, desde la inesperada baja de asesores y el procesamiento a hombres de confianza, hasta la confrontación con la opinión pública por sus duras medidas migratorias. Esos y otros puntos los repasaremos en las principales crisis y polémicas del mandato de Donald Trump.
La indiferencia ante el racismo
Mientras era candidato, la opinión de Donald Trump sobre la discriminación y la integración social llamaba más la atención de los grupos extremistas de derecha -como el Ku Klux Klan- que de los ciudadanos norteamericanos en general, algo que ahora, en su ejercicio como presidente, no ha cambiado.
El 14 de agosto de 2016, en medio de una manifestación por la supremacía blanca en la localidad de Charlottesville, Virginia, uno de los participantes tomó su vehículo y se lanzó sobre los detractores que enfrentaban la marcha. Una mujer falleció y 19 personas quedaron heridas después del ataque. Un hecho terrible y que fue calificado por el Secretario de Justicia de EE.UU., Jeff Sessions, como un posible caso de terrorismo interno. Pero Donald Trump no fue tan lapidario y desató la polémica al comentar: «creo que ambos bandos tienen la culpa, de eso no hay duda”.
Estas declaraciones mostraron que, aunque todo se venga en su contra, Trump no va a cambiar. Pero lo que dio un vuelco después de esto fue su relación con el Consejo de Fabricación y el Foro de Estrategia y Políticas, dos organizaciones que lo asesoraban en materia económica, ya que al día siguiente rompieron lazos con él por estos dichos.
Rather than putting pressure on the businesspeople of the Manufacturing Council & Strategy & Policy Forum, I am ending both. Thank you all!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) August 16, 2017
Donald Trump, el amigo de Rusia
Antes de ser electo presidente, Donald Trump era un inversor recurrente del mercado ruso y su relación con ese país era de las mejores, por lo que despertaba expextación cómo sería el trato ahora desde la Casa Blanca, sobre todo cuando la entrada de Trump en la carrera política fue vista con buenos ojos desde Rusia.
El primer movimiento, en plena campaña, fue nombrar a cuatro asesores de política exterior, teniendo como figura central al consultor en energía y petróleo George Papadopoulos, quien fue calificado por el candidato como un “excelente chico”.
De ahí en adelante todo fue normal en la carrera de Trump, hasta que el 6 de enero de este año estalló la bomba cuando la Comunidad de Inteligencia de Estados Unidos publicó un documento en el que planteaba que el gobierno ruso había intentado intervenir en las elecciones de 2016 para favorecer a Trump.
Nada de eso evitó que el 20 de enero asumiera el cargo, pero seis meses después varios hombres cercanos al presidente comenzaron a ser investigados por su relación con Rusia y por «conspirar contra EE.UU.», entre ellos el ex jefe de campaña Paul Manafort, su compañero Rick Gates y el “excelente chico” Papadopoulos, quien mintió en su primera declaración y ahora tiene una causa abierta.
Los vetos y limites en la inmigración
En sus principales promesas de campaña, Donald Trump siempre fue firme con la idea de limitar la inmigración, con fuertes declaraciones principalmente dirigidas a los mexicanos, que perturbaron e incomodaron a más de alguno.
Ya en el poder, firmó un decreto que pretendía vetar la entrada de refugiados e inmigrantes de varios países musulmanes, entre los que estaban Siria, Irán, Yemen e Irak, algo que ha sido frenado en más de una oportunidad por la Corte Suprema.
Meses después puso fin al programa DACA, un plan creado por Barack Obama que protegía de la deportación a miles de jóvenes indocumentados que llegaban a Estados Unidos en busca de oportunidades.
Su último movimiento en esta materia fue apoyar el documento llamado «Ley de Reforma de la Inmigración Estadounidense para un Empleo Fuerte”, redactado por los senadores republicanos Tom Cotton (Arkansas) y David Perdue (Georgia), que plantea seleccionar a las personas que ingresan al país eligiendo sólo a las «altamente cualificadas”.
Un juego peligroso con Corea del Norte
«Si [los EE. UU.] se ven obligados a defenderse o a sus aliados, no tendremos más remedio que destruir totalmente a Corea del Norte», dijo Trump durante una conferencia el 19 de septiembre de 2017. Una contundente declaración que llegó después de los ensayos nucleares que Pyongyang realizó en diversos lugares de su territorio.
En respuesta, el régimen de Kim Jong Un dijo un día después que “en el caso de que Estados Unidos decida ir a la guerra, desafiando la posición estratégica de la República Popular Democrática de Corea… recibirán un golpe nuclear catastrófico y encontrarán su ruina”, palabras que aumentan una tensión que aún está en desarrollo.
Desde ese momento, la relación entre Estados Unidos y Norcorea se ha vuelto cada vez más confrontacional, en un proceso que ha llevado al país norteamericano a aliarse con potencias como Japón, Corea del Sur y China, para enfrentar a Kim Jong Un en sus constantes amenazas.
Inestabilidad en los cargos de confianza
Bastaron seis meses para que el Gobierno de Donald Trump rompiera récords al transformarse en el mandatario que ha realizado más cambios en su gabinete, con 10 modificaciones en ese periodo de tiempo, en donde se movieron cargos como Jefe de Personal, Asesor de Seguridad y Jefe de Gabinete.
Pero sin duda uno de los movimientos más controvertidos ocurrió en el Departamento de Comunicación de la Casa Blanca, cuando su director Sean Spicer renunció después de filtraciones, siendo reemplazado por Anthony Scaramucci, quien llegó amenazando con despedir a todo el mundo para evitar nuevos hechos de ese tipo, pero sólo estuvo 10 días en el cargo y fue reemplazado luego por John Kelly.
Otro de los casos polémicos fue el de James Comey, el director del FBI que tras comenzar las investigaciones por los posibles contactos de la campaña de Trump y la inteligencia rusa, fue despedido arbitrariamente. Todo esto demuestra los problemas de Trump para formar equipo y una postura con desafortunados rasgos de prepotencia y autoritarismo.